miércoles, 12 de marzo de 2008

¡Mujeres del mundo, uníos!


Seremos las primeras en atrevernos a dar la cara por nosotras, por nuestros hijos, por nuestro pueblo, seremos las primeras en pretender un mundo con menos conflicto


Día de la mujer trabajadora, imagino que nos estamos refiriendo a todas las mujeres asalariadas o explotadas, con contrato y sin contrato laboral, autóctonas e inmigrantes, amas de casa, empleadas de hogar, administrativas, funcionarias, prostitutas, obreras, en fin, mujeres que trabajamos mucho más que una jornada completa de ocho horas, con un sueldo por debajo del mínimo que estipula la ley, y algunas sin sueldo alguno. Mujeres que comenzamos la mañana desde horas muy tempranas corriendo de un sitio a otro para llegar a tiempo y poder cumplir todos nuestros compromisos de mujeres madres y trabajadoras, y terminamos la jornada muy entrada la noche, dando gracias porque hemos hecho casi todo lo que nos habíamos propuesto, porque ya los niños están dormidos, porque pudimos estirar el sueldo para la comida, gracias por tener una cama y una manta, por tener salud y trabajo; en fin gracias incluso por ser supervivientes en un mundo injusto y caótico gobernado por políticos que juegan a damas chinas en un tablero que se tambalea.


Mujeres y madres preocupadas por el futuro que nos espera, pero sobre todo por el futuro que les espera a nuestros hijos, viviendo una guerra que no es nuestra, en la que nos han metido y mentido, y en la que nos manipulan con reglas injustas, sin ningún tipo de estrategia política, sin ningún tipo de honestidad y democracia.


Mujeres que saben mucho de sufrimientos y sacrificios, de esfuerzos y logros, de fracasos y triunfos, de engaños y desengaños, de volver a creer y levantarse fuertes.


Mujeres que se abren sitio en un mundo de hombres, de torpes políticos y falsas democracias, en un mundo de políticas sociales absurdas y ridículas.


Y, a pesar de ello, sigo confiando en las mujeres, porque sé que, además de inteligencia, tienen sensibilidad y fuerza, tienen ganas de un mundo justo para sus hijos, tienen muchas herramientas físicas y psicológicas para no darse por vencidas, para seguir luchando por sus derechos, tienen intuición y mucho más sentido común que muchos de nuestros políticos, que muchos de los que supuestamente nos representan en un gobierno tan lleno de irregularidades y de injusticias.


Sé que seremos las mujeres las primeras en atrevernos a dar la cara por nosotras, por nuestros hijos, por nuestro pueblo, por nuestros derechos, seremos las primeras en protestar y pretender un mundo con menos conflicto social y político.


Seremos capaces más temprano que tarde de mirarnos a la cara, de encontrarnos y de hablar juntas de los problemas que nos afectan a todas por igual y, lo mejor de todo, seremos capaces de no quedar sólo en la palabra y en la intención, en el discurso bonito de los políticos, sino que pasaremos a la acción cada una desde donde nos movemos profesional y laboralmente.


Y entonces sí que demostraremos al mundo que no hay un día de la mujer trabajadora, sino toda una vida y una historia de mujeres reivindicativas que saben luchar y amar con la misma intensidad.


Victoria Mendoza Psicoterapeuta

Diario Gara

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