viernes, 26 de septiembre de 2008

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Prachanda:Nuevo primer ministro de Nepal ....


YVKE/ inSurGente.- El carismático líder, conocido como "el temible", cuyo nombre real es Pushpa Kamal Dahal, fue elegido el viernes 15 por aplastante mayoría en la Asamblea Constituyente como el nuevo hombre de poder en este país del Himalaya. La ascensión de Prachanda, desde las filas rebeldes hasta convertirse en líder nacional, abre el camino a los maoístas, considerados como terroristas por Estados Unidos, para llevar adelante sus promesas de reformar radicalmente el país. Durante los últimos dos años, Nepal puso fin a la guerra civil, dio el poder a la ex rebelión maoísta y acabó con más de dos siglos de monarquía hinduista sustituyéndola por una república.


El número dos e ideólogo del partido maoísta, Baburam Bhattarai, clamó el histórico cambio. "Sentimos que Nepal encontró su héroe. Para una sociedad que cambia, necesitamos un héroe", dijo sobre Prachanda. "Ya acabamos de arrancar las raíces del feudalismo en Nepal. Bajo la dirección de Prachanda, el gran programa del nuevo gobierno será el nacionalismo, el republicanismo y la transformación socio-económica", precisó el ex rebelde.


Hasta 2003, sólo se conocía una foto de Prachanda, pero desde que se convirtió en primer ministro, su imagen dominó el sábado las portadas de todos los periódicos. Prachanda, cuyo verdadero nombre es Pushpa Kamal Dahal, pasó 25 años en la clandestinidad, diez de ellos en el monte participando en la lucha armada, la "guerra del pueblo", que desde febrero de 1996 hasta noviembre del 2006 dejó 13.000 muertos y arruinó la economía de este país himalayo enclavado entre India y China.


Cuando entregó las armas, conforme al histórico acuerdo de paz del 21 de noviembre de 2006, Prachanda fue alabado como un "héroe". Entonces juró abandonar la violencia para siempre y transformar su guerrilla en una fuerza democrática.


[/i]A sus 53 años, a este ex profesor con bigote y gafas, sonriente y cordial, le cuesta quitarse de encima su reputación de señor de la guerra, inspirado por Mao y su 'Revolución cultural', aunque sus detractores lo relacionan con los peruanos de 'Sendero luminoso' y los Jemeres Rojos de Camboya.


Como primer ministro tendrá que afrontar importantes retos, como superar el alza de los precios de los alimentos y el petróleo, que está ahogando al país, en plena recuperación después de la guerra civil. También está la integración de los 20.000 miembros de la guerrilla rebelde, ahora acantonados, desarmados y bajo control de la ONU, que podrían ser integrados en el ejército nacional. La primera prueba será la formación del gobierno, un proceso ya en marcha en el que los maoístas reclaman compartir varios ministerios con los partidos que los respaldaron en el voto por Prachanda.

lunes, 15 de septiembre de 2008

... Y lo que no se dijo de Cuba en los JJOO


Reflexiones de Fidel Castro


Observé cuidadosamente las reacciones mediáticas de Occidente a mi reflexión del domingo sobre los Juegos Olímpicos en China. Hechos sensibles incluidos en ella fueron totalmente ignorados; otros aspectos eran exaltados ad líbitum por los defensores de la explotación y el saqueo del mundo.


Veamos:


"Fidel Castro culpó hoy a los jueces y a la mafia del pobre papel de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos. También justifica al taekwondoca cubano Ángel Valodia Matos, suspendido de por vida por darle una patada en la cabeza al árbitro, y le manifiesta su total solidaridad."


"El ex presidente cubano llamó el lunes a realizar una profunda revisión del deporte en Cuba. También expresó su solidaridad con un atleta suspendido de por vida junto a su entrenador, por agredir a un juez."


"Castro manifestó total solidaridad con el taekwondoca inhabilitado de por vida por agredir a un árbitro y un juez."


"Castro, solidario con el taekwondoca cubano inhabilitado por agresión."


Es larga la lista de párrafos similares. Fue el patrón de información que divulgaron. No esperaba otra cosa. Estaba condenado, como los boxeadores cubanos, ante árbitros y jueces sobornados, y sabía bien lo que publicarían.


Del hambre, la subalimentación, la carencia de medicinas, instalaciones y equipos deportivos que padece el 80 por ciento de los países que allí compitieron, no se menciona una palabra, como era de esperar.


Aplaudí el mérito del país que organizó los últimos Juegos Olímpicos. No vacilé en reconocer las extraordinarias cualidades de los atletas que alcanzaron éxitos. Aprecié las alegrías, emociones y aspectos humanos que transmitieron a miles de millones de personas los galardonados. De modo especial valoré el mensaje de paz que entraña una Olimpiada, frente al incesante espectáculo de matanza, destrucción, genocidio y peligro real de exterminio que la especie humana soporta cada día.


Lo que no se dijo de Cuba:


1.Es el único país donde no existe el deporte profesional.


2.Es el único país que hace años creó una gran Escuela Internacional de Educación Física y Deporte de nivel superior, donde se han graduado muchos jóvenes del Tercer Mundo y donde estudian en la actualidad alrededor de 1 500 alumnos sin pagar un solo centavo.


3.Es el único país en el que sus atletas de alto rendimiento estudian gratuitamente como profesores de Educación Física y Deporte y ha graduado en centros superiores de enseñanza a decenas de miles de ciudadanos en esa especialidad, quienes prestan sus servicios a niños, adolescentes, jóvenes y personas de todas las edades. Trabajan además muchos de ellos como cooperantes en el Tercer Mundo, con un costo mínimo, o gratuitamente en determinados casos. Así han contribuido al desarrollo internacional del deporte.


4.Es el único país, entre los que participaron en las Olimpiadas de Beijing, económicamente bloqueado por el imperio más poderoso y rico que existió jamás.


5.Es el único país, entre esos mismos participantes, al que se aplica una Ley de Ajuste, que además de los frutos sangrientos, viabiliza y estimula el robo de atletas cubanos.


6.Nuestro país ha destinado un hospital especializado para atender la salud de los atletas de alto rendimiento.


Las verdades no pueden ocultarse bajo la anestesia y los fuegos artificiales de los Juegos Olímpicos.


Cuba ocupó el quinto lugar por medallas de oro en Barcelona en el año 1992, cuando estábamos ya en pleno período especial.


En los últimos Juegos obtuvimos todavía 24 medallas entre oro, plata y bronce, una cifra mayor que cualquier otro país de América Latina y el Caribe.


No vacilemos en analizar objetivamente nuestra actividad deportiva y en prepararnos para futuras batallas, sin olvidar, reitero, que "en Londres habrá chovinismo europeo, corrupción arbitral, compra de músculos y cerebros, costo impagable, y una fuerte dosis de racismo".


Cuando escribo estas líneas recuerdo que un ciclón, Fay, nos visitó en medio de las Olimpiadas. A la misma hora en que arribaba ayer el grueso de nuestra delegación, apareció la noticia de que otra perturbación ciclónica apuntaba directamente a las provincias orientales. Hoy su fuerza es mayor y se ubica en una trayectoria más peligrosa. Hay que fortalecer no sólo los músculos del cuerpo, sino también los del espíritu.


¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie permanecerá en el olvido. Si se pierden vidas, no serán cientos o miles, por un ras de mar, como en Santa Cruz del Sur el 9 de noviembre de 1932, o un Flora el 3 de octubre de 1963, que inundó el corazón de las provincias del Este de Cuba, sin una sola presa reguladora como las de hoy, que son además fuentes de regadío y agua corriente. Una fuerte, enérgica y previsora Defensa Civil protege a nuestra población y le ofrece más seguridad frente a catástrofes que en los Estados Unidos. Ningún peligro debe ser, sin embargo, descartado.


No hay que dormirse tampoco sobre los laureles. La frecuencia e intensidad crecientes de estos fenómenos naturales demuestra que el clima cambia por culpa del hombre. Los tiempos exigen cada vez más consagración, más firmeza y más conciencia. No importa que los oportunistas y vendepatrias también se beneficien sin aportar nada a la seguridad y el bienestar de nuestro pueblo.



Fidel Castro Ruz

Agosto 26 de 2008

martes, 22 de julio de 2008

El 27-28 de Julio, ven a celebrar el Día Nacional de Cantabria a Puente San Miguel





Varias organizaciones de diversos pueblos van a acompañarnos este 28 de Juliu en la que para nosotros es la fecha más importante del año: Darréu y Fai! (Asturies), Agora (País Llionés), desde Euskal Herria… y estamos pendientes de la confirmación de asistencia por parte del Irish Republican Socialist Party irlandés.


Además, en estas fechas estamos recibiendo escritos de apoyo internacionalista desde diversos puntos del mundo para que leamos su saludo en nuestro Día Nacional: desde Jaleo!! (Andalucía), A Enrestida y Astral (Aragón), Anaram Au Patac (Occitània), Maulets (Païssos Catalans)…



PUEBLOS ASGAYA, NAMÁS QUE UNA ALUCHA!!




Cómo llegar:




lunes, 21 de julio de 2008

La próxima coartada



El imperio, después del derrumbe del Este, necesitaba un concepto para demonizar. De este modo, urgidos de un nuevo fantasma, ninguno mejor que la lucha contra el «terrorismo».


La coartada de despegue para una cruzada solo podía salir de un atentado, el más escalofriante posible para una opinión pública susceptible a todo cuanto amenace su seguridad. Dentro de esa lógica, una nueva desgracia atribuible a la mano del terror serviría, en el corto plazo, para apuntalar la escalada invasora. Definir el blanco para disparar, tendría que ser para los Señores del Terror el paso siguiente.


Si las líneas que siguen resultan de alguna manera tormentosas, no me voy a excusar por ello. Asumo el riesgo de que se me juzgue superficial por no contar con suficientes datos demostrativos, o paranoico por la dimensión trágica de las concatenaciones que pueda armar, o incluso que se me acuse de provocador por dar crédito a la factibilidad de que se repita en un plazo breve otra catástrofe significativa. Siempre habrá ocasión para la ingenuidad del que no quiere ver, y crea que estos escenarios no han sido manejados de sobra ya por quienes tienen el poder, el hábito y el interés de valerse de ellos.


Hace demasiado poco tiempo para olvidar que el concepto demonizado por la ideología occidental fue, a lo largo del siglo XX, el de «comunismo». El mundo comunista definía para Occidente un eje del mal, aunque aún no se le hubiera bautizado así. Hasta el Papa Pío XII desestimó, muy avanzado ya el holocausto y el conflicto mundial, la condena explícita al nazismo, al amparo del pretexto de que el comunismo era el verdadero peligro, el mal mayor. La desintegración del sistema soviético acabó, entre muchas cosas, con el pretexto del comunismo.


Se concentró en los Estados Unidos, desde aquel infausto episodio, un extraordinario poder. Quedó igualmente Washington ante una excepcional disyuntiva histórica. La de escoger cómo conducir al mundo: ¿a la destrucción o a la salvación? Asumir con responsabilidad el liderazgo que la coyuntura había colocado en sus manos, camino que aún muchos autores proclaman como opción, hipotéticamente viable. Me cuento entre los pesimistas, aunque reconozco que las fuerzas productivas allí concentradas le asignan un papel imposible de competir. No hay cómo ignorar que una corrección en el curso de la sensatez política haría ese liderazgo inevitable.


Pero los imperios implementan siempre una ética de justificación para sus actos. No lo atribuyo a un fatum sino a la esencia misma de la conciencia social del imperio, que se nos revela a lo largo de toda la historia. Es la misma que informa los argumentos de Ginés de Sepúlveda frente a Bartolomé de Las Casas en la justificación de la esclavitud y la masacre colonial hace medio milenio. La que siempre atribuye un sentido «civilizatorio» a la violencia del orden imperial. ¿Cómo podría esto ser cambiado?


La primera muestra de impunidad del imperio después de la demolición del Muro de Berlín en octubre de 1989, fue la invasión a Panamá, con un saldo de unas 3 000 muertes en la población civil (estaban «en el lugar equivocado, en el momento equivocado», se dijo), con el solo propósito de capturar y secuestrar al jefe de gobierno, general Manuel Noriega, bajo cargos de narcotráfico. Un acto inconfundible de terror. Y ni siquiera había llegado la era de Bush hijo. Si enriqueció Noriega a costa del narcotráfico, no creo que haya sido la verdadera causa; muchos se han enriquecido así y siguen enriqueciéndose con impunidad. Pero se trataba del sucesor del general Omar Torrijos, que había logrado que el Canal volviera a manos del Estado panameño, y allí hacían falta gobernantes más dóciles. Torrijos no lo fue, y pereció en un accidente de aviación nunca esclarecido satisfactoriamente. La operación posterior contra el general narcotraficante se revela en el fondo como una acción con el claro propósito de desacreditar al régimen y recuperar influencia sobre el Istmo. La recuperaron de mala manera.


El imperio tenía, después del derrumbe del Este, que recodificar el eje del mal, y ahora la situación no proveía una realidad pura y dura de la cual partir: necesitaba un artificio ideológico. Necesitaba un concepto para demonizar y una coartada para sus nuevos códigos.


De este modo, urgidos de un nuevo fantasma para restablecer la regla de dominar por el miedo, ninguno mejor que la lucha contra el «terrorismo», y ese paso no se hubiera podido dar sin que el terror se mostrara como un escandaloso peligro. Los artífices del terror determinarían la definición de los terroristas. Mejor argumento que el que le precedió, el del comunismo, porque no hay legitimación ética plausible para el terror. Había, sin embargo, que dar una nueva connotación a este. No sería el neonazi dentro de los propios Estados Unidos, ni el del racismo del Ku Klux Klan y de sus sucedáneos; no el de los actores solitarios, fanáticos o mercenarios, como el venezolano Iván Ilich (el legendario Carlos), o los atentados domésticos, como los de Unabomb; no el de la organización Rifle y otros grupos que aplican por su cuenta el terror contra el terror. Mucho menos los de los que han aplicado el terror al servicio de la CIA, como es el caso de Luis Posada Carriles, que se pasea impunemente a pesar de las pruebas que obran en su contra. Menos aún, el terror de quienes mataron a 3 000 civiles en Panamá.


Es probable que John Wilkes Booth, aquel actor de veintiséis años que asesinó al presidente Abraham Lincoln en 1865, haya escenificado un acto riguroso y solitario de fanatismo político, pero el asesinato del presidente John F. Kennedy un siglo después está probado que respondió a una minuciosa operación de ingeniería terrorista al amparo de intereses económicos y manipulaciones politiqueras. Ninguno de ellos admite paliativos jurídicos ni justificación ética; existe, sin embargo, entre uno y otro atentado, un espacio histórico que introduce complejidades cualitativas en la aplicación del terror. Mario Puzo ganó su fama en los años 60 novelando los circuitos de la lógica política en las estrategias de la mafia. Cuatro décadas después nos enfrentamos a la introducción de la lógica mafiosa en las estrategias políticas.


Para el discurso en la cúpula del imperio, el terror se definirá a partir de ahora como algo que viene de fuera: del mundo islámico en primer lugar. Y que los crecientes circuitos migratorios lo pueden insuflar, como un virus letal, en aquel tranquilo y próspero país, saturado de libertad. No solamente han de llegar desde el Islam: eventualmente nadie está a salvo de ser acusado si cae dentro de los parámetros del clasificador, del «eje del mal».


La coartada de despegue para una cruzada solo podía salir de un atentado, el más escalofriante posible para una opinión pública susceptible a todo cuanto amenace su seguridad. Una catástrofe capaz de señalar sin equívocos el nuevo peligro, que permita establecer las nuevas reglas del juego desde el centro del poder mundial. Centro también del terror para el mundo de los oprimidos, para las dos terceras partes de la humanidad. Para las víctimas del hambre crónica, de la inseguridad y el desamparo.


No voy a gastar muchas palabras en lo que los cubanos conocimos a través de la voladura del acorazado Maine en la bahía habanera hace más de un siglo, cuyos autores directos nunca fueron identificados. Aunque la combinación de las brumas en que quedaron las causas del estallido y la dimensión de la revancha, que la historiografía «occidental» registra como la guerra hispanoamericana, dejan pocas dudas de la autoagresión como coartada. Hoy se revela como un antecedente inconfundible. Y como una prueba de la construcción de una eticidad de la ofensa dentro del sistema.


Un siglo después, el escándalo terrorista del 11 de Septiembre de 2001 vuelve a levantar las mismas sospechas. La administración norteamericana ha reconocido que tenía informaciones de que algo se fraguaba y, sin embargo, no fue capaz de interceptar los vuelos «suicidas»; identificó enseguida, pocas horas después del atentado terrorista, a los presuntos culpables, pero casi siete años más tarde Osama Bin Laden se mantiene incapturable, como una amenaza que contribuiría a justificar el escalamiento de la cruzadas de represalia. Se ignora cómo es posible que en la nómina de las víctimas que perecieron en las Torres Gemelas del World Trade Center no aparezcan los nombres de ejecutivos importantes de las trasnacionales que tenían allí sus oficinas. Se ha argumentado igualmente que el desplome total de esos colosos arquitectónicos tendría que haberse provocado por una implosión y no se puede explicar por el impacto de un avión. Las incongruencias son muchas más, pero no creo necesario detenerme en el recuento.


En Beirut me mostraron los edificios que habían sido arrasados por las bombas de los israelíes en el año 2006, que fueron a impactar con inaudita precisión en blancos seleccionados dentro del bosque urbano. Me comentaban de dispositivos magnéticos, colocados secretamente por agentes de Israel al interior de los inmuebles, para asegurar la dirección de los proyectiles. Mi dominio técnico para sumarme a esta afirmación es nulo, pero el sentido común me la hace aceptable. Tel Aviv ha dado sobradas muestras de irradiar el terror, en sus acciones agresivas hacia el mundo árabe, con la misma saña con que lo hicieran los nazis con el pueblo hebreo.


El paisaje de terror de Nueva York abatida por el pánico se convirtió en el punto de referencia de la escalada de Washington para invadir, primero a Afganistán, y después a Iraq, iniciando así una nueva etapa en la política de agresión militar del imperialismo. Y añadiendo a la nómina decenas de muertos civiles. El peligro del comunismo soviético no solo había dejado de ser argumento de riposta, sino que tampoco estaba ya presente como factor disuasivo. Mientras las tensiones dominantes fueron «bipolares», se usaron para enervar la retórica, pero también para contener las acciones: «disuasión», le llamábamos, palabra casi en desuso ya, porque perdió su referente real.


Después del desastre de las Torres Gemelas, los Estados Unidos dejaron de tomar en cuenta las opiniones de sus aliados y pasaron por alto pasarán ya siempre que se les antoje al hasta entonces sacrosanto Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Después de las Torres, tipificaron al eje del mal con los Estados más incómodos para su política imperial, y proclamaron su disposición de intervenir militarmente en al menos sesenta «oscuros rincones» del planeta y, sobre este presupuesto, montaron la ideología de un nuevo fundamentalismo: el de la cruzada contra los terroristas del mundo, los que Washington decida, repito sin cansarme, clasificar así ahora según sus códigos.


Llamativamente, Cuba ha estado en la agenda del imperio al principio y al final de este recorrido: dilemas de la geopolítica. Primero, un siglo atrás, como víctima de una independencia duramente luchada, y usurpada por la intervención militar. Ahora, acusada del imperio como el puerto occidental del eje del mal por el pecado de seguir defendiendo su independencia. Este es hoy el panorama donde se mantiene siempre latente, a ultranza, una amenaza de intervención. ¿No se le puede llamar «terror»?


Pero la historia no transita por caminos lineales. En el Oriente Medio la resistencia iraquí, sin recursos logísticos y sin mucha organización ni liderazgo visible, impide que la ocupación y la implantación de un gobierno títere se estabilicen. Prácticamente a fuerza de coraje y voluntad. Este hecho también empieza a encontrar resonancias en la revitalización de una resistencia afgana. A esta resistencia el imperio la llama, por supuesto, terror. No lo hace por ignorancia, sino que es esa su definición, parte esencial de su estrategia.


El dictamen de continuar la escalada invasora sobre Irán se ha visto contenido, al menos con intermitencia, por la amenaza de un descalabro norteamericano mayor en el área, y esta contención prefigura el fracaso rotundo del propósito de usurpar totalmente el petróleo del área en beneficio de las poderosas trasnacionales, y de la concentración del dominio de los Estados Unidos sobre las fuentes energéticas mundiales.


Aurelio Alonso

sábado, 19 de julio de 2008

Las FARC, hoy más que nunca


Nadie diría, sin mentir de forma descarada, que James Petras es un contrarrevolucionario y que no está con la revolución cubana y latinoamericana


“En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera” Che Guevara


I El Vaivén de la historia


Se nos acerca el 55 Aniversario del 26 de Julio. Cuando por medio de las armas que pudieron conseguir con irrepetible sacrificio, un grupo de chiquillos decidieron asaltar el segundo cuartel de la tiranía de Batista, uno de los baluartes más prominentes del imperialismo en la América Nuestra.


Ni las historias contadas o por contar; ni la imaginación por fértil, alcanzarían nunca para dejar de sorprendernos frente a tanto valor, tanto desprendimiento personal y tanta madurez política.


Y aquí estamos, gracias a la entereza de aquellos que eran tildados de “locos” de un lado al otro del espectro político de la época. Podemos ver imágenes dantescas de torturados y asesinados, cuando parecía que todo se iba a perder. Incluidas la imagen de dos mujeres que perdieron todo lo terrenalmente posible en aquel episodio, ganaron por supuesto, el cielo a cambio.


La historia tiene entre otros encantos de volver a recrearse. Y es esta su principal virtud: Poderla usar para comparar, asociar, y usar como referente. Su otro rostro, es guardarla en las academias volviéndonos sabios portentosos….también importante, pero esta segunda, no la aprecia Dios de igual manera.


El reformismo de izquierda actual (que bien merecería un estudio sociológico moderno), éste que se ha despintado con frases liberales, que apela constantemente a la relatividad de los acontecimientos para justificar muchas cosas; ese que precisamente que dice en una frase “eran otros tiempos” y a nombre de la relatividad cambian las ideas y los discursos en lo que dura un amanecer, no nos va a entender. El propio Nicolás Maquiavelo se habría espantado de esa forma pueril de hacer política.


Claro que los análisis históricos deben ser contextualizados en tiempo y espacio, pero los principios revolucionarios: nunca. Los principios son absolutos.


¡Si ellos, los reformistas modernos, supieran que la Relatividad Especial, de Albert Einstein se basa en lo fundamental en una invariante, que es la velocidad de la luz hablarían un poco menos! La constancia de c = 300 000 Km. por seg. es la piedra angular de esta bendita teoría.


La velocidad de la luz es inmutable; no depende del sistema de referencia. Así es la consecuencia, inmutable, independiente de las referencias. La naturaleza y el corazón siempre usan las mismas leyes.


Y es por eso que mi 26 de Julio, día de la rebeldía nacional, día en que la juventud cubana recordó armas en mano, (por cierto, ARMAS EN MANO) a José Martí, yo lo deseo celebrar con toda mi alma con los guerrilleros, sindicalistas, y combatientes en general de la hermosa Colombia.


Y lo hago precisamente no porque estén en aparente minoría, inclusive en la izquierda precisamente por todo lo contrario. Lo hago porque están siendo criticados por personas respetadas por todos nosotros Lo hago precisamente en nombre de él, del más respetados de todos… de mi Fidel. Fidel Castro que lideró la revolución cubana, la revolución más duradera y bonita de la historia humana.


Celebro éste, mi 26 de Julio, al lado de ésos, los olvidados de siempre, estén secuestrados en mazmorras colombianas; estén en las cárceles sionistas, incluso con esos, los rehenes de las FARC, que ahora son olvidados por todos en nombre del rescate de la golondrina, que nunca hará verano.


La guerrilla más larga de la historia, enclavada en el epicentro más importante de América como trampolín del Imperio, merece mucho más compromiso revolucionario y apoyo de esta aguada izquierda.


¡Incluso para las pertinentes críticas que podemos y debemos hacerles!, pero estando desde el mismo lado de la barra y no en el lado cambiante, dudoso, y efímero de la ya muy triste y desgastada política del salón de la diplomacia.


II Mi Comandante y la Paz Romana


Repetir no quiero, ni comentar, las reflexiones de mi Comandante Fidel en relación a las FARC y a sus líderes históricos (1). Y no es por temor, eso lo saben todos; es por profundo dolor. Los dedos no se deslizan con dolor por las teclas. Y Dios sabe que yo necesito, y quiero a Fidel. Lo quiero mucho, pero mucho más que al Sol y a todo el firmamento junto...


A Fidel ya le contestó mi camarada James Petras en sus ocho tesis (2). Aunque discrepe con él en un par de ellas, nadie admitiría, sin mentir de forma descarada, que James Petras es un contrarrevolucionario y que no está con la revolución cubana y latinoamericana. Ha estado con nosotros en las malas; cuando las plumas fluían condenando las medidas que hubimos de tomar en el 2003 en el fusilamiento de los tres raptores de aeronaves. La tinta de izquierda nos condenaba. Petras, sin embargo nos apoyó.


No coincido con James Petras en desvirtuar que la guerrilla de Colombia no tiene influencia de los episodios de la hermosa guerrilla cubana liderada por “intelectuales” como Fidel y el Che. En eso discrepo con James, pero esto no demerita su profundo análisis, todo lo contrario: Lo refuerza.


Ni Manuel Marulanda era un inculto campesino; ni Fidel y el Che eran intelectuales que jugaban con pistolitas de agua: Los tres fueron guerrilleros comprometidos con la revolución, que adaptaron sus formas de lucha a la realidad concreta de sus escenarios. Por eso las reflexiones de la Paz Romana de Fidel y las ocho tesis de Petras las dejo hasta aquí.


Las lágrimas y el desconcierto son malos consejeros, y mejor darle un minuto al tiempo si es que el tiempo usa reloj, a ver si entendemos estas críticas a un revolucionario como Tirofijo, incluso recién fallecido por el guerrillero más “viejo” de la historia y el mejor revolucionario que vive. Entonces tendremos que leer mil veces las reflexiones de Fidel; lo que dicen entre líneas, pues quiero pensar y sobre todo creer, y más que creer, sentir, que algo más que criticar a las FARC y a Manuel Marulanda está entre ellas.


No voy a admitir, aunque la lógica me obligue a hacerlo, que hay cuestiones de Estado de por medio, porque estas cuestiones se hacen polvo frente a los intereses de la revolución que Fidel ha priorizado siempre. . Dijo José Martí: “Por eso el libro importado ha sido vencido en América por el libro natural. Los hombres naturales han vencido a los letrados artificiales El meztizo autóctono ha vencido al criollo exótico. No hay batalla entre la erudición y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza” (3). Y Marulanda era eso….un hombre natural de Nuestra América


III No hay Unión Americana posible, con el enemigo


Álvaro Uribe es un fascista. Salga reelecto él o su flamante Ministro de Defensa, su señora esposa o sus gatos. El gobierno de Colombia es un gobierno asesino que no merece ser considerado amigo, ni hermano, como mi hermano Chávez le dijo (4).Ni colaborador, ni nada por estilo. El argumento falaz de la Unión Latinoamericana excluye por principios a Álvaro Uribe.


La Unión Latinoamericana con los traidores confesos dentro de nuestras filas, sería una ingenuidad (en el mejor de los casos), que ninguno de nuestros buenos muertos va a perdonarnos.


¡Y volvamos a leer a lo que llamó José Martí Nuestra América! Porque América no es un proyecto regional solamente. Lo repito porque en nombre de esa supuesta unidad muchos reformistas nos quieren hacer tragar a todos estos gusanejos entre los que se encuentra Uribe y sus ministros aristócratas, la Ingrid Betancourt incluida: Vuelve a decir José Martí


“A los sietemesinos sólo les falta el valor. Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos se los niegan a los demás (…) Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos que le roen el hueso a la patria que los nutre Si son parisienses o madrileños, vayan al Prado de faroles o al Tortoni de sorbetes (…) ¡Estos hijos de América que ha de salvarse con sus indios, y va de menos a más, estos desertores que piden fusil a la América del Norte que va de menos a más!”


Ingrid Betancourt no pasará de hacerse el manicure y aparecerá en revistas de mil colores o programas llenos de detalles estúpidos. Bien y claro dice Pascual Serrano: “Betancourt y familia no han traicionado a nadie, han vuelto a la clase social, política y económica a la que siempre pertenecieron: la burguesía neoliberal adinerada de Colombia”


A la nueva princesa mediática de este extraño verano, Ingrid Betancourt, le podemos enseñar, sin embargo, (si es que no se nos desmaya, o se les quiebren las uñas), de lo que fueron capaces de hacer los fascistas latinoamericanos a decenas miles de mujeres inocentes, lanzadas desde helicópteros al mar; violadas, torturadas por tener que decir lo que nunca supieron. Le podemos enseñar lo que es el secuestro de bebés, a manos de los propios asesinos de sus verdaderos padres; que el Plan Cóndor instauró en este continente y continúa perpetuando su “valiente presidente”.


Frente a esos horrores, el secuestro de la princesa Ingrid en las selvas colombianas, diga lo que se diga, es un hotel Cinco Estrellas. Y no es el pasado: aquel sufrimiento se repite en lo que sufren hoy día las mujeres palestinas, afganas, iraquíes ¡En mi propia tierra! En Guantánamo, baste leer las emotivas palabras de Alejandro Ruiz


El MOSSAD de Tel- Aviv, que mucho asesoró a Uribe; sabe muy bien cómo se tratan a las secuestradas. Ingrid goza de buena salud. Las imágenes de besos y abrazos con los peores mandatarios de este mundo, así lo reflejan.


Ese empeño de salvar a esta princesa puede (diría yo), debería tener cierta influencia logística para rescatar a las mujeres mexicanas asesinadas en Ciudad Juárez; en Atenco, podría ayudarnos a rescatar a niñas despedazadas por las bombas sionistas en Palestina., inocentes incluso por la corta edad; podría ayudarnos al menos a castigar a los culpables de tantos crímenes…Bueno si dadas estas circunstancias del mundo…los culpables… son culpables o las culpables son las niñas por no hacer los deberes, que ya no sé por donde anda el mundo.


IV Para Hugo Chávez


Nadie dudará lo que quiero, respeto y admiro al presidente de la Venezuela Bolivariana. Por ahí andan todas mis múltiples letras, que apoyan ese proyecto y por el que estoy dispuesta a dar la vida.


Pero no basta. La sinceridad es un arma de la revolución, sobre todo porque está avalada por el compromiso... A Chávez le seguí la palabra cuando me faltó la voz de Fidel en aquel espantoso 31 de Julio del 2006 ¿Y ahora que nos dice Chávez? Que los cautivos de Uribe están mejor que los secuestrados por las FARC (4) “porque pueden recibir visitas” ¿Tan sólo eso?


Porque yo le puedo decir a mi camarada bolivariano que conozco a dos cubanos inocentes que por evitar los secuestros, tráficos ilegales de personas, por impedir que siguieran masacrando a un pequeño pueblo, no pueden recibir la visita de sus esposas. Olga y Adriana, las esposas de René y Gerardo dos de los que le llamamos nuestros Cinco.


Ellos dos y sus tres compañeros están secuestrados en Estados Unidos hace diez años ¡Si, secuestrados como lo estuvo Ingrid Betancourt! Pero mucho peor. Y yo lamento que el ejército de Colombia no me ayude a liberarlos de esa selva de hierro. Ellos dos no saben nada de sus esposas. Adriana tuvo que sufrir la más humillante de las vejaciones en Estados Unidos y ser regresada después de largas horas a Cuba sin ver al menos cuántos cabellos había perdido su joven y optimista esposo. Adriana es una de las mujeres más hermosa que he conocido, joven y saludable y tal vez muera sin tener un hijo, a diferencia de Ingrid Betancourt.


También se nos olvida en esta amnesia colectiva, que las FARC liberaron unilateralmente a dos mujeres y que el gobierno más genocida del Continente secuestró al pequeño Enmanuel.


Ese niño nació en la selva y todavía nadie me dice que fue producto de la violación o que Clara Rojas tuvo un acto amor bajo las estrellas. Clara no nos dice si fue maltratada, o simplemente abrazada por un militante de las FARC, el cual mereció ser además, padre de su hijo.


Esa historia de amor o desamor, merece un guión cinematográfico mejor que el del supuesto rescate de Ingrid Betancourt


V Ingrid se libra de nosotros... y nosotros de ella


Ingrid está libre .Con sinceridad me alegro. No sólo por ella, su familia, y sobre todo por su niño. Más aun, porque los camaradas de las FARC y nosotros estamos a su vez “libres” de la Betancourt.


Hay sin embargo un pueblo entero secuestrado en Colombia, y nadie lo rescata. Me niego a aceptar hoy, tan sólo porque estamos en vísperas del 26 de Julio, que ese pueblo pague las cuentas por de los uniformes de las FARC o el ELN, por mi bandera rojinegra. Rearmemos, entonces la guerra.


Después del desastre militar del asalto al Moncada, los cubanos reestructuramos la guerra. Sí: porque se llama guerra. Mientras haya injusticias y asesinos sueltos habrá guerra. Eso lo entiende mi hijo de o­nce años.


Mi tío Enrique Hart murió tratando de activar una bomba en 1958. Cierto es que en Cuba por circunstancias específicas, el llamado “terrorismo” no dañó a ningún inocente, dañó a los propios combatientes revolucionarios incluyendo al propio tío Enrique. Pero nunca se evitaron ¡y qué me desmientan! métodos irregulares de lucha.


En eso acuerdo con James Petras cien por cien: la revolución no se hace con rosas… con rosas se conquista el amor, si es que tanto desastre en la Tierra nos deja algún tiempo para amar y cultivar rosas.


Si fuese cierto, (eso de que las guerrillas son las generadoras de la prepotencia del Imperio), el sufrimiento del pueblo palestino, o de Irak es culpa ¿de quien? ¿De cuál guerrilla? Si seguimos la ruta de los pretextos para que no nos agredan ¿quién es culpable del destrozo del mundo? ¿nosotros? ¿Los revolucionarios seríamos los culpables del cambio climático, del alza de los precios del combustible y que se nos mueran por falta de piedad los osos polares y miles y miles de especies vivas? Esto es tan sólo por ley transitiva.


Pero Fidel Castro, (mi Fidel), dijo una vez frente a una multitud congregada en La Habana “Cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra” (7) Y despojo es lo que está sufriendo el pueblo colombiano. Despojo es lo que estamos sufriendo todos nosotros. Despojo incluso, de nuestras propias conciencias.


Ingrid, la princesa de este extraño verano dijo que Uribe era un gran presidente. Lo menos que podía hacer, luego de ser liberada de las “feroces garras” de las FARC, sería pedir clemencia para las centenas de prisioneros que están en cárceles en su propio país, o en los Estados Unidos. Pedir cuentas por las muertes y asesinatos de ese ejército a colombianos, y darle menos felicitaciones… que realmente sabemos que el rescate no fue como lo pintan.


Pero los medios de comunicación se han convertido armas de exterminio en masa. Nos someten con sus facturas, sus imágenes, y sus palabras.


VI El Che y Rafael Correa


Y como decía al principio, la historia es como las olas del mar: suben y bajan…los pescadores sabios lo saben, y esperan a que sea el momento de tender el redil.


Dijo el presidente del Ecuador Rafael Correa: Ése por el que todos (y todas, sobre todo, TODAS seríamos capaces de lavar el cielo con baldes): "Saben quiénes son los mejores apoyos, las mejores bases para Uribe: las FARC pues, por todas las tonterías que hacen, le dan más popularidad"


¿La popularidad de Uribe se las da las RARC?, ¡Vivir para ver!, pues si así fuere bien valdría que Uribe les pague algo de lo que le llega por diversos conductos dudosos a los guerrilleros.


No lo creo, como no creo que el atraco del primero de marzo de este año, donde asesinaron a boca de jarro a varios guerrilleros e hirieron a civiles, y después a un campesino ecuatoriano, sea consecuencia de la existencia de las FARC.


Rafael Correa estuvo muy preciso en aquella Asamblea de la OEA en marzo de este año cuando se negó a aceptar las justificaciones de terrorismo para agredir a su país.


Si algo nos cautiva de Rafael Correa es que no enarbola militancia política alguna para defender sus principios, defender su país y enfrentarse al Imperio. Pero con la princesa de este verano, Correa no hubo de cautivarnos: "¡Qué bueno porque ha sido liberada (Betancourt) y qué mal que han quedado las FARC!”


La Ingrid, sin embargo felicitó y apoyó al ejercito colombiano por el atraco del Primero de Marzo en territorio ecuatoriano, acto que el propio Corra calificó como de las peores acciones cometidas en América.


La ex rehén de las FARC estuvo de acuerdo con la humillación, el irrespeto, el latrocinio, cometido en la tierra de Rafael Correa. Mas no es éste el mayor desacierto del presidente del Ecuador ¡El de Correa fue mayor que el de Hugo Chávez!


Rafael Correa apeló al “Santo” menos apropiado para descalificar a los guerrilleros. Al Santo que es imposible mencionar casi, si no se lleva fusil en el hombro; o si no se derrama una lágrima por la impotencia de no ser capaces de seguir su camino, mencionó al Che Guevara en vano. Al Che no se le menciona, y menos aun en contra de una guerrilla en América Latina ¡Con rehenes o sin ellos!


Correa es cristiano y sabe lo que es mencionar el santo nombre de Dios en vano El Che Guevara es el Dios de los revolucionarios… si es que tuviésemos alguno.


Y veamos entonces lo que dijo Él, el Che “el poder es el objetivo estratégico sine que non de las fuerzas revolucionarias y todo debe estar supeditado a esta consigna.


Las FARC–EP y el ELN tratan de hacerlo. De lo que se trata es de tomar el poder y no tan sólo el gobierno queridos míos. El gobierno es apenas el primer paso… si es que logrado así es un paso.


Nuestro Rafael Correa no debe, ni puede creer que Uribe se hace fuerte por las posiciones “terroristas” de las FARC. Uribe se hace fuerte por la IV Flota imperialista en las costas caribeñas; se hace fuerte porque ya a los revolucionarios parece que se nos acaban los recursos…hoy que hasta Fidel Castro critica el uso de los fusiles.


Estuvimos al lado de Correa aquel primero de marzo y en su actitud de principios frente al mentiroso de Álvaro Uribe, que sigue mintiendo. Todos adoramos que el economista Rafael Correa ocupara el asiento de presidente del Ecuador. ¿Cómo que ahora invoca al Che contra las FARC? Ya dije que desapruebo que tengan rehenes, pero de ahí a avergonzarlos con el Che hay buen tramo. Y es tramo muy triste.


Rafael Correa ha usado el Santo Nombre del Che en vano. Y ya ven; hasta la princesa de verano, Ingrid aprueba lo que los fariseos del ejército colombiano cometieron contra la tierra de Manuelita Sáenz….


Ésa que sí fue una verdadera princesa, de las que ya no existen y supo alertar a Bolívar de Santander. Manuelita, la libertadora de América que murió pobre y olvidada. A ella que nadie rescató…tan sólo la historia.


VII Y al final sólo el Che


“Llevada la discusión al terreno de América, cabe hacerse la pregunta de rigor: ¿Cuáles son los elementos tácticos que deben emplearse para lograr el gran objetivo de la toma del poder en esta parte del mundo? ¿Es posible o no en las condiciones actuales de nuestro continente lograrlo (el poder socialista, se entiende) por vía pacífica?


Nosotros contestamos rotundamente: en la gran mayoría de los casos no es posible. Lo más que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del poder, y el tránsito al socialismo de aquel gobierno que, en las condiciones de la legalidad burguesa llega al poder formal, deberá hacerse en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una manera u otra, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales.”



Celia Hart

jueves, 17 de julio de 2008

JORNADA ANTITAURINA EN EL LLAR MOZU DE REGUELTA 18-07-2008


Este viernes 18 de julio en el 'Llar Mozu' de Regüelta se llevará a cabo una jornada antitaurina.

Con la proximidad de la feria de Santiago, Regüelta invita a la asociacion Cantabria Antitaurina a que realice una asamblea abierta en el Llar Mozu, en la cual se expondrán las acciones que este colectivo viene llevando a cabo contra tan despreciable 'fiesta' asi como para dar más puntos de vista y opiniones referentes a la lucha antitaurina y contra el maltrato animal. Será a partir de las 18:30 y acto seguido a la asamblea se llevará a cabo una fiesta con música de todo tipo, bebida y comida hasta altas horas de la noche.


ESTAIS TODXS INVITADXS

miércoles, 16 de julio de 2008

Marxismo y revisionismo (V.I. Lenin)



Es bien conocido el aforismo que dice que si los axiomas geométricos afectasen los intereses de la gente, seguramente habría quien los refutase. Las teorías de las ciencias naturales, que han chocado con los viejos prejuicios de la teología, provocaron y siguen provocando hasta hoy la oposición más enconada. Nada tiene de extraño, pues, que la doctrina de Marx, que sirve en forma directa a la educación y organización de la clase de vanguardia de la sociedad moderna, que señala las tareas de esa clase y demuestra la sustitución inevitable -- en virtud del desarrollo económico -- del régimen actual por un nuevo orden, haya debido luchar por conquistar cada uno de sus pasos.

Inútil es decirlo, esto aplicado a la ciencia y la filosofía burguesas, oficialmente
enseñadas por profesores oficiales para embrutecer a las nuevas generaciones de las
clases poseedoras y "adiestrarlas" contra los enemigos exteriores e interiores. Esta
ciencia no quiere oír hablar de marxismo y lo proclama refutado y aniquilado; Marx es
atacado con igual celo por los jóvenes doctos que hacen carrera refutando el socialismo, como por los decrépitos ancianos que conservan la tradición de toda suerte de anticuados "sistemas". Los avances del marxismo y la difusión y el afianzamiento de las ideas marxistas entre la clase obrera provocan inevitablemente la reiteración y agudización de esos ataques burgueses contra el marxismo, que sale más fuerte, más templado y vitalizado de cada uno de sus "aniquilamientos" por la ciencia oficial.

Pero, aun entre las doctrinas vinculadas a la lucha de la clase obrera y difundidas de modo predominante entre el proletariado, el marxismo de ningún modo consolidó su posición de golpe, ni mucho menos. Durante el primer medio siglo de su existencia (desde la década del 40 del siglo XIX) luchó contra teorías que le eran profundamente hostiles. En la primera mitad de la década del 40, Marx y Engels ajustaron cuentas con los jóvenes hegelianos radicales, cuyo punto de vista era el del idealismo filosófico. A fines de esa década, en el campo de las doctrinas económicas pasó a primer plano la lucha contra el proudhonismo. Esta lucha terminó en la década del so con la crítica de los partidos y doctrinas que habían surgido en el turbulento año 1848. En la década del 60, al expulsar al bakuninismo1 de la Internacional, la lucha se desplazó del campo de la teoría general a un campo más cercano al movimiento obrero propiamente dicho. A comienzos de la década del 70, se destacó en Alemania, por breve tiempo, el proudhonista Mulhlberger; a fines de ese período, el positivista Duhring. Pero la influencia de uno y otro sobre el proletariado era ya insignificante. El marxismo había alcanzado un indiscutible triunfo sobre todas las otras ideologías del movimiento obrero.

En lo fundamental, este triunfo culminó en la década del 90 del siglo pasado. Hasta en los países latinos, donde se habían mantenido las tradiciones del proudhonismo por más tiempo, los partidos obreros estructuraron sus programas y su táctica sobre bases marxistas. Al reanudarse en forma de congresos internacionales periódicos, la organización internacional del movimiento obrero, se colocó, en lo esencial, inmediatamente y casi sin lucha, en el terreno del marxismo. Pero cuando el marxismo hubo desplazado a todas las doctrinas más o menos integrales que le eran hostiles, las tendencias que en ellas se albergaban comenzaron a buscar otros caminos. Las formas y las causas de la lucha cambiaron, pero la lucha continuó. Y el marxismo comenzó su segundo medio siglo de existencia (década del 90 del siglo pasado) enfrentando una corriente hostil en el mismo marxismo.

El ex-marxista ortodoxo Bernstein dio su nombre a esta corriente al proclamar con gran alharaca y con grandilocuentes expresiones las enmiendas de Marx, la revisión de Marx, el revisionismo. Aun en Rusia, donde -- debido al atraso económico y a la preponderancia de la población campesina oprimida por los vestigios de la servidumbre -- el socialismo no marxista se ha mantenido durante mucho tiempo, hoy se convierte sencillamente en revisionismo ante nuestros propios ojos. Y lo mismo en el problema agrario (programa de municipalización de toda la tierra) que en las cuestiones programáticas y tácticas de índole general, nuestros socialpopulistas fueron sustituyendo cada vez más con "enmiendas" a Marx los restos agonizantes y caducos del viejo sistema, coherente a su modo y profundamente hostil al marxismo.

El socialismo premarxista ha sido derrotado. Continúa luchando ya no en su propio terreno, sino en el del marxismo, como revisionismo. Examinemos, pues, cuál es el contenido ideológico del revisionismo.

En el campo de la filosofía, el revisionismo iba a remolque de la "ciencia" académica burguesa. Los profesores "retornaban a Kant", y el revisionismo se arrastraba tras los neokantianos2; los profesores repetían las vulgaridades que los curas habían pronunciado mil veces contra el materialismo filosófico, y los revisionistas, sonriendo complacidos, murmuraban (repitiendo palabra por palabra el último manual) que el materialismo había sido "refutado" desde hacía mucho tiempo. Los profesores trataban a Hegel como a "perro muerto", y mientras ellos mismos predicaban el idealismo, solo que mil veces más mezquino y superficial que el hegeliano, encogiéndose desdeñosamente de hombros ante la dialéctica, los revisionistas se hundían tras ellos en el pantano del envilecimiento filosófico de la ciencia, sustituyendo la "sutil" (y revolucionaria) dialéctica por la "simple" (y pacífica) "evolución". Los profesores ganaban su sueldo oficial ajustando sus idealistas y "críticos" sistemas a la dominante "filosofía" medieval (es decir, a la teología), y los revisionistas se acercaban a ellos, esforzándose por hacer de la religión un "asunto privado", no en relación al Estado moderno, sino en relación al partido de la clase de vanguardia.

No se necesita decir el verdadero significado de clase de semejantes "enmiendas" a Marx: es bien evidente. Sólo señalaremos que Plejánov fue el único marxista en la social democracia internacional que criticó desde el punto de vista del materialismo dialéctico consecuente aquellas increíbles necedades acumuladas por los revisionistas. Es tanto más necesario subrayar esto con fuerza, por cuanto en nuestro tiempo se hacen tentativas profundamente erróneas, destinadas a presentar el viejo y reaccionario fárrago filosófico bajo pretexto de crítica del oportunismo táctico de Plejánov.

Pasando a la economía política, es necesario señalar, ante todo, que en esta esfera las "enmiendas" de los revisionistas eran muchísimo más multifacéticas y minuciosas; se trataba de sugestionar al público con "nuevos datos sobre el desarrollo económico". Se decía que la concentración y desplazamiento de la pequeña producción por la gran producción no se opera de ningún modo en la agricultura y con extrema lentitud en el comercio y la industria. Se decía que las crisis se han vuelto ahora más raras y débiles, y que los cártels y trusts probablemente harían capaz al capital de eliminarlas por completo. Se decía que la "teoría de la bancarrota" hacia la cual marcha el capitalismo es inconsistente debido a que las contradicciones de clase tienden a suavizarse y atenuarse. Y, por último, se decía que no estaría mal corregir también la teoría del valor de Marx de acuerdo con Bohm-Bawerk.

La lucha contra los revisionistas en torno de estas cuestiones sirvió para reavivar de manera fecunda el pensamiento teórico del socialismo internacional, tal como había ocurrido veinte años antes con la polémica de Engels contra Duhring. Los argumentos de los revisionistas fueron analizados con hechos y cifras en la mano. Se demostró que embellecían sistemáticamente la pequeña producción actual. Datos irrefutables prueban la superioridad técnica y comercial de la gran producción sobre la pequeña, no sólo en la industria, sino también en la agricultura. Pero la producción de mercancías está mucho menos desarrollada en la agricultura y, por lo general, los estadísticos y economistas actuales no saben destacar las ramas especiales y, a veces, incluso las operaciones de la agricultura que expresan de qué manera la agricultura es progresivamente arrastrada al proceso de intercambio de la economía mundial. La pequeña producción se sostiene sobre las ruinas de la economía natural debido al constante empeoramiento de la alimentación, el hambre crónica, la prolongación de la jornada de trabajo, el deterioro de la calidad y atención del ganado; en una palabra, debido a aquellos mismos métodos con que se sostuvo también la producción artesanal contra la manufactura capitalista. En la sociedad capitalista, cada avance de la ciencia y la técnica socava, inevitable e inexorablemente, los cimientos de la pequeña producción. Y la tarea de la economía política socialista consiste en investigar este proceso en todas sus formas, no pocas veces complejas e intrincadas, y demostrar al pequeño productor la imposibilidad de sostenerse en el capitalismo, la situación desesperada de las explotaciones campesinas en el régimen capitalista y la necesidad de que el campesino adopte el punto de vista del proletariado. Ante la cuestión que nos ocupa, los revisionistas cometieron el pecado, en el aspecto científico, de generalizar superficialmente algunos hechos tomados de manera unilateral, al margen de su conexión con el sistema del capitalismo en su conjunto; y en el aspecto político, cometieron el pecado de que, inevitablemente, quisieran o no, invitaron o empujaron a los campesinos a tomar la actitud del propietario (es decir, la actitud de la burguesía), en vez de instarlos a adoptar el punto de vista del proletariado revolucionario.

El revisionismo salió aún peor parado en lo que se refiere a la teoría de las crisis y a la teoría de la bancarrota. Sólo personas muy poco perspicaces y durante muy poco tiempo podían pensar en modificar los fundamentos de la doctrina de Marx bajo la influencia de algunos años de animación y prosperidad industrial. Muy pronto la realidad se encargó de enseñar a los revisionistas que las crisis no eran cosa del pasado: la prosperidad fue seguida por la crisis. Cambiaron las formas, la sucesión, el cuadro de las distintas crisis pero éstas seguían siendo parte integrante, inevitable, del régimen capitalista. Mientras unifican la producción, los cártels y trusts, simultáneamente, y en forma visible para todos, agravan la anarquía de la producción, la inseguridad de la vida del proletariado y la opresión del capital, agudizando así las contradicciones de clase en grado sin precedentes. Los modernos, gigantescos trusts ponen en evidencia, de modo bien palpable y en inmensas proporciones, que el capitalismo marcha hacia la bancarrota, tanto en el sentido de las crisis políticas y económicas aisladas como en el del hundimiento completo de todo el régimen. La reciente crisis financiera en Norteamérica y el horroroso crecimiento de la desocupación en toda Europa, sin hablar de la próxima crisis industrial, de la que asoman no pocos síntomas, han hecho que las recientes "teorías" de los revisionistas fueran olvidadas por todos, incluidos al parecer muchos de ellos mismos. Las que no deben olvidarse son las enseñanzas que esta inestabilidad de los intelectuales ha brindado a la clase obrera.

Con respecto a la teoría del valor, sólo es necesario decir que, aparte de
alusiones y suspiros muy vagos, al estilo de Bohm-Bawerk, los revisionistas no
aportaron absolutamente nada ni dejaron, por tanto, ninguna huella en el desarrollo del pensamiento científico.

En la esfera política, el revisionismo intentó revisar realmente los fundamentos
del marxismo, o sea, la teoría de la lucha de clases. La libertad política, la democracia, el sufragio universal -- nos decían los revisionistas -- destruyen el terreno para la lucha de clases y desmienten la vieja tesis del Manifiesto Comunista de que los obreros no tienen patria. Puesto que en la democracia prevalece "la voluntad de la mayoría", según ellos, no se debe considerar al Estado como órgano de dominación de clase ni negarse a establecer alianzas con la burguesía progresista, socialreformista, contra los reaccionarios.

Es indiscutible que estas objeciones de los revisionistas se reducían a un sistema bastante armónico de concepciones, a saber: las bien conocidas concepciones liberalburguesas. Los liberales han dicho siempre que el parlamentarismo burgués destruye las clases y diferencias de clase, ya que todos los ciudadanos sin distinción gozan del derecho a votar e intervenir en los asuntos de Estado. Toda la historia de Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, toda la
historia de la revolución rusa a comienzos del siglo XX enseñan de manera patente lo absurdo de tales conceptos. Con las libertades del capitalismo "democrático", las diferencias económicas, lejos de atenuarse, se acentúan y agravan. El parlamentarismo no elimina, sino que pone al desnudo el carácter innato de las repúblicas burguesas más democráticas como órganos de opresión de clase. Al ayudar a ilustrar y organizar a masas de población incomparablemente más vas tas que las que antes participaban en forma activa en los acontecimientos políticos, el
parlamentarismo no contribuye a la eliminación de las crisis y revoluciones políticas, sino a la agudización de la guerra civil durante esas revoluciones. Los acontecimientos de París, en la primavera de 1871, y los de Rusia, en el invierno de 1905, revelaron con suma claridad que dicha agudización se produce indefectiblemente. Para aplastar el movimiento proletario, la burguesía francesa no vaciló ni un segundo en pactar con el enemigo de toda la nación, con las tropas extranjeras que habían arruinado a su patria. Quien no comprenda la inevitable dialéctica interna del parlamentarismo y de la democracia burguesa, que lleva a solucionar la disputa por la violencia de las masas de un modo todavía más tajante que en tiempos anteriores, jamás podrá, basándose en ese parlamentarismo, realizar una propaganda y agitación consecuente y de principio que prepare realmente a las masas obreras para una participación victoriosa en tales "disputas". La experiencia de las alianzas, acuerdos, bloques con el liberalismo socialreformista en la Europa Occidental y con el reformismo liberal (kadetes) en la revolución rusa, muestra de manera convincente que esos acuerdos, al unir a los elementos combativos con los elementos menos capaces de luchar, con los más vacilantes y traidores, sólo embotan la conciencia de las masas, y no refuerzan, sino que debilitan la importancia real de su lucha. El millerandismo francés -- la más grande experiencia de aplicación de la táctica política revisionista en una escala de amplitud realmente nacional -- nos ha ofrecido una valoración práctica del revisionismo que el proletariado del mundo entero jamás olvidará.

El complemento natural de las tendencias económicas y políticas del revisionismo era su actitud hacia la meta final del movimiento socialista. "El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo": esta expresión proverbial de Bernstein pone en evidencia la esencia del revisionismo mejor que muchas largas disertaciones. Determinar su comportamiento caso por caso, adaptarse a los acontecimientos del día, a los virajes de las minucias políticas, olvidar los intereses cardinales del proletariado y los rasgos fundamentales de todo el régimen capitalista, de toda la evolución del capitalismo, sacrificar esos intereses cardinales en aras de las ventajas verdaderas o supuestas del momento: ésta es la política del revisionismo. Y de la esencia misma de esta política se deduce, con toda evidencia, que puede adoptar formas infinitamente diversas y que cada problema más o menos "nuevo", cada viraje más o menos inesperado e imprevisto de los acontecimientos -- aunque sólo altere la línea fundamental del desarrollo en proporciones mínimas y por el plazo más corto --, provocará siempre, sin falta, una u otra variedad de revisionismo.

El carácter inevitable del revisionismo está determinado por sus raíces de clase en la sociedad actual. El revisionismo es un fenómeno internacional. Para ningún socialista que reflexione y tenga un mínimo de conocimientos puede existir ni la más pequeña duda de que la relación entre ortodoxos y bernsteinianos en Alemania, entre guesdistas y jauresistas5 (ahora, en particular, broussistas) en Francia, entre la Federación Socialdemócrata y el Partido Laborista Independiente en Inglaterra, entre Brouckere y Vandervelde en Bélgica, entre integralistas6 y reformistas en Italia, entre bolcheviques y mencheviques en Rusia es, en todas partes, en lo sustancial, una y la misma pese a la inmensa diversidad de las condiciones nacionales y de los factores históricos en la actual situación de todos esos países. En realidad, la "división" en el movimiento socialista internacional de nuestra época se produce ya, ahora, en los diversos países del mundo, esencialmente en una misma línea, lo cual muestra el formidable paso adelante que se ha dado en comparación con lo que ocurría hace 30 ó 40 años, cuando en los diversos países luchaban tendencias heterogéneas dentro del movimiento socialista internacional único. Y ese "revisionismo de izquierda" que se perfila hoy en los países latinos como "sindicalismo revolucionario" se adapta también al marxismo "enmendándolo": Labriola en Italia, Lagardelle en Francia, apelan muy a menudo del Marx mal comprendido al Marx bien comprendido.

No podemos detenernos a examinar aquí el contenido ideológico de este revisionismo, que dista mucho de estar tan desarrollado como el revisionismo oportunista y que no se ha trasformado en internacional, ni afrontado una sola batalla práctica importante con el partido socialista de ningún país. Por eso, nos limitaremos al "revisionismo de derecha" descrito antes.

¿En qué descansa su carácter inevitable en la sociedad capitalista? ¿Por qué es más profundo que las diferencias de las particularidades nacionales y el grado de desarrollo del capitalismo? Porque en todo país capitalista existen siempre, al lado del proletariado, extensas capas de pequeña burguesía, de pequeños propietarios. El capitalismo ha nacido y sigue naciendo, constantemente, de la pequeña producción. Una serie de nuevas "capas medias" son inevitablemente formadas, una y otra vez por el capitalismo (apéndices de las fábricas, trabajo a domicilio, pequeños talleres diseminados por todo el país para hacer frente a las exigencias de la gran industria, por ejemplo de la industria de bicicletas y automóviles, etc.). Esos nuevos pequeños productores son nuevamente arrojados, de modo no menos infalible, a las filas del
proletariado. Es muy natural que la concepción del mundo pequeñoburguesa irrumpa una y otra vez en las filas de los grandes partidos obreros. Es muy natural que así suceda, y así sucederá siempre hasta llegar a la revolución proletaria, pues sería un profundo error pensar que es necesario que la mayoría de la población se proletarice "por completo" para que esa revolución sea posible. La experiencia que hoy vivimos, a menudo sólo en el campo ideológico, es decir las discusiones sobre las enmiendas teóricas a Marx; lo que hoy surge en la práctica sólo en problemas aislados y parciales del movimiento obrero tales como las diferencias tácticas con los revisionistas y la división que se produce en base a ellas, todo ello lo experimentará en escala incomparablemente mayor la clase obrera cuando la revolución proletaria agudice todos los problemas en litigio, concentre todas las diferencias en los puntos que tienen la importancia más inmediata para determinar la conducta de las masas, y en el fragor del combate haga necesario separar los enemigos de los amigos, echar a los malos aliados para asestar golpes decisivos al enemigo.

La lucha ideológica, librada a fines del siglo XIX por el marxismo revolucionario contra el revisionismo no es más que el preludio de los grandes combates revolucionarios del proletariado que, pese a todas las vacilaciones y debilidades de los filisteos, avanza hacia el triunfo completo de su causa.

martes, 15 de julio de 2008

¿Crisis? ¿Qué crisis? ¡Más mercado!



“¿En qué te has gastado el sueldo, tunante, que has disparado la inflación?”, le dice un empresario a un mendigo, en una de tantas reveladoras viñetas de El Roto.
Quiénes siguen ganando y quiénes siguen perdiendo con la crisis económica

- Los cinco grandes de la banca aumentan beneficios
- Los jefes de Mapfre suben su sueldo más del 300%
- Aumenta el número de supermillonarios españoles
- A finales de 2008, 90.000 hogares no podrán pagar las hipotecas
- La tasa de paro se acerca a más del 10%
- Las recetas del Gobierno reducirán el gasto social

¿‘Depresión’, ‘descenso acusado’, ‘corrección selectiva’, ‘crisis’...? El presidente José Luis Rodríguez Zapatero daba por terminado el debate sobre qué palabra definía mejor la situación de la economía española, concluyendo que “es un tema opinable si hay o no crisis”. El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se refería a la coyuntura como “ajuste fuerte”, al mismo tiempo que anunciaba que, “como la fiebre de los niños”, no iba a afectar demasiado al primer banco español y al cuarto de Occidente.

Botín se vanagloriaba de que su grupo sería capaz, incluso, de “aprovechar las oportunidades para crecer” que generaba el contexto económico y que ganaría 10.000 millones de euros en 2008. La crisis tampoco parece afectar hasta ahora a los españoles que tienen más de un millón de euros, que crecieron el año pasado un 4%, hasta situarse en los 164.000, según un informe de Merrill Lynch.

Pese a la situación de alarma económica, los ‘cinco magníficos’ de la banca española –Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Popular– aumentaron sus beneficios en un 14% en el primer trimestre de 2008 con respecto al mismo período de 2007. Aunque el margen de ganancias ha descendido con respecto a los años dorados, no parece que por ahora las grandes torres de la ciudad deportiva del Real Madrid, símbolo supremo de aquellos años, se vayan a utilizar como plataforma de lanzamiento en caída libre para los altos ejecutivos del top ten empresarial.

Frente a los discursos de contención salarial, emitidos desde el Gobierno y el Banco de España, sólo diez empresas del Ibex-35 redujeron los salarios de sus altos mandos en 2007, mientras que 18 los subieron por encima de la inflación. Los ejecutivos se han mostrado previsores frente al panorama de incertidumbre que se avecina.

Los casos más espectaculares de aumentos de sueldo corresponden a Mapfre y Acerinox, cuyos jefes vieron aumentar sus salarios el 356% y el 236% respectivamente en 2007. Igual de previsores fueron los altos ejecutivos cuyos puestos estaban en peligro por diversas operaciones de fusión y cambios en el accionariado. Éste es el caso del presidente de Iberdrola, ante la amenaza de compra por parte de EDF; el del presidente de la inmobiliaria Sacyr o el ex presidente de Endesa, Pizarro, que logró una indemnización millonaria por su salida de la eléctrica.

Las subidas también afectaron a las empresas en serios problemas: uno de los casos más paradigmáticos es el de la inmobiliaria Colonial, que frente a una gravísima situación financiera pagó a su Consejo de Administración 6,2 millones de euros en 2007, lo que suponía una subida del 269% respecto al año anterior, según el diario El Economista.

Cuarteles de invierno

El crack inmobiliario ya ha afectado a numerosas pequeñas y medianas empresas relacionadas con la construcción, muchas de las cuales han tenido que cerrar. Pero parece que los gigantes inmobiliarios han sabido sortear hasta el momento las peores consecuencias de la crisis.

Desde 2005, las principales empresas del sector –ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr Vallehermoso y OHL– se preparaban para pasar resguardados el inminente invierno económico. En los dos últimos años del boom inmobiliario las grandes constructoras desembarcaron en las principales compañías energéticas españolas: ACS se convirtió en el primer accionista de Iberdrola y Unión Fenosa; Acciona pasó a controlar el 25% de Endesa, y Sacyr adquirió el 20% de Repsol-YPF. Por poner dos ejemplos, ACS percibió 403 millones de euros en los seis primeros meses de año por sus participaciones en Abertis, Fenosa e Iberdrola, y Acciona cobró 405 millones por Endesa.

Además del control del suculento negocio energético, las grandes constructoras, que en 2006 crecieron un 134%, se lanzaron a otros negocios como son las infraestructuras –aeropuertos, autopistas, etc.– y sobre todo a los mercados de Europa del Este, América Latina y EE UU. Y no sólo las constructoras: el 33% de los beneficios del Santander en el primer trimestre de 2008 proviene de América Latina.

Un informe del Banco de España de finales de 2007 hablaba de una “moderada, pero progresiva, desaceleración de la actividad productiva”, pero añade que esa tendencia se está contrarrestando con una menor contratación laboral, aparte de los buenos resultados que propician las ventas en un mercado globalizado. Como decía Zapatero, “es opinable si hay crisis”, especialmente según a quién se le pregunte.

“¿En qué te has gastado el sueldo, tunante, que has disparado la inflación?”, le dice un empresario a un mendigo, en una de tantas reveladoras viñetas de El Roto. Es obvio a quién perjudica más la crisis, pero no tanto cuáles son sus causas, y menos aún si son coyunturales o de fondo. El mes pasado la inflación conjunta de los países de la zona euro alcanzó un récord histórico del 4%, el doble de lo fijado por el BCE. Según un estudio de asociaciones de consumidores presentado a finales de junio, la diferencia entre el precio de origen y destino de los alimentos se ha multiplicado por cuatro.

En junio el Euribor se colocó en un máximo histórico mensual del 5,361% desde su creación en 2000, aumentando en 77 euros mensuales el precio de una hipoteca media. Según la Asociación Hipotecaria Española, a finales de 2008 la morosidad será del 2% y unos 90.000 hogares no podrán pagar las hipotecas. La tasa de endeudamiento familiar es altísima : en Andalucía, la ciudadanía debe dos euros al banco por cada euro que tiene ahorrado.

Según datos de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) la tasa de paro ascenderá del actual 9,23 % al 12,5% en 2009. El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, predijo un menor crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social debido a la crisis y aprovechó la coyuntura para instar a las clases trabajadoras a agotar su vida laboral en los 65 años para mantener el actual sistema de pensiones.

Desiderio Martín, del sindicato CGT, rechaza “que la crisis de modelo global existente la tengan que pagar los de siempre”. Insiste en que “la situación actual es consecuencia del ciclo expansivo anterior, basado en el crecimiento especulativo del ladrillo y los servicios; la sobreexplotación de la mano de obra, especialmente inmigrante; un sistema de relaciones laborales donde los derechos laborales han sido anulados y unos sistemas públicos, de la vivienda hasta la sanidad pasando por la educación, la energía y el transporte, entregados al libre mercado y la libre competencia”.

Varias voces señalan que la bonanza económica anterior no fue tal para las clases trabajadoras. Según Walter Actis, del colectivo Ioé, autor del Barómetro Social de España 1994-2006, en pleno ciclo expansivo “el salario anual medio disminuyó en un 2,4% en términos reales. Hoy, en plena crisis, la inflación aumenta a mayor ritmo y los think tank liberales vuelven con la cantinela de moderación salarial. Por lo tanto, es de prever una caída de los salarios reales, si las luchas sociales no lo impiden”.

De hecho, el Banco de España ya ha recomendado al ejecutivo que los modere. Según Juan Torres, catedrático de economía aplicada en la Universidad de Málaga, el Estado español ha sido “el único de la OCDE donde los salarios han disminuido en términos reales en los últimos años”. Así, el BE aprovecha la crisis para “rentabilizar los recursos financieros que ahora están en manos del sector público. Eso es lo único que hay detrás de la reforma de las pensiones que reclaman”.

Sin embargo, no habla “de la especulación que está produciendo la inestabilidad y que los reguladores han permitido e incluso estimulado, ni del crecimiento de la masa monetaria generado por los grandes bancos centrales para salvar a los privados y que no puede sino generar la inflación que dicen que quieren combatir”.

Actis augura que “el parón de la construcción y sus efectos colaterales incrementarán el desempleo”. Esto “disminuirá la masa salarial, lo que disminuirá el consumo, y planteará el problema de los límites de las prestaciones del paro para cubrir las necesidades de los parados”. Asimismo, producirá “un aumento de oferta de trabajo muy precaria (parados sin prestaciones, jóvenes sin trabajo ni formación, inmigrantes con red social débil), presiones a la baja de las condiciones laborales y ‘oportunidades’ para un incremento del empleo sumergido, sin condiciones ni garantías”.

Ello, sumado a “las debilidades de las prestaciones sociales destinadas a la infancia y grupos familiares, añadirá presiones a las mujeres con ‘responsabilidades familiares’ que no podrán derivarse como hasta ahora hacia el trabajo doméstico y de cuidados”.

Y para postre, el Gobierno “se apoya en la recesión para colocarnos como salvadora una estrategia que sitúa la liberalización de servicios como generadora de competencia y mayor calidad en beneficio del usuario. ¿Quizás como nos hemos beneficiado en el sector de la electricidad y la telefonía?”, ironiza Actis. Martín aclara que “la liberalización del sector energético español supondrá más despidos (Gas Natural despedirá a 600 personas y reubicará a 1.400 de una plantilla de 3.800) y encarecerá la tarifa eléctrica de 14 millones de personas en un 9%”.

Diagonal

domingo, 13 de julio de 2008

Fidel Castro y las FARC: Ocho tesis erróneas de Fidel

Cuando el principal líder niega la historia revolucionaria y la práctica de un movimiento popular en marcha, está negándoles a los movimientos del futuro una rica herencia de resistencia y estructura exitosa. La historia no lo absolverá
Introducción

He apoyado la revolución cubana exactamente durante cincuenta años y reconozco a Fidel Castro como uno de los grandes líderes revolucionarios de nuestro tiempo. Pero nunca he sido un apologista sin sentido crítico: en varias ocasiones he expresado mis discrepancias en medios impresos, en público y en discusiones con líderes, escritores y militantes cubanos. Los artículos y comentarios de Fidel Castro sobre los recientes sucesos de Colombia, concretamente su discurso sobre la liberación por el régimen colombiano de varios prisioneros de las FARC (incluidos tres agentes de la CIA e Ingrid Betancourt) y sus comentarios críticos en torno a las políticas, estructura, prácticas, tácticas y estrategias de las FARC y su reconocido líder, Manuel Marulanda, merecen una seria reflexión.

Las observaciones de Castro piden un análisis y una refutación, no sólo porque sus opiniones son ampliamente leídas e influyen en millones de militantes y admiradores en todo el mundo, especialmente en Cuba y América Latina, sino también porque hoy pretende brindar una base «moral» para la oposición al imperialismo. Igual de importante es que las diatribas y críticas desafortunadas de Castro contra las FARC, Marulanda y el movimiento campesino de guerrillas han sido bienvenidas, publicadas y transmitidas por todos los medios de comunicación capitalistas en los cinco continentes. Fidel Castro, con pocas salvedades, se ha unido dócilmente al coro que condena a las FARC y, como demostraré, sin ninguna razón o lógica.

Ocho tesis erróneas de Fidel Castro

1. Castro argumenta que con la «liberación» de los prisioneros políticos de las FARC «se abría un capítulo de paz para Colombia, proceso que Cuba viene apoyando desde hace más de 20 años como el más conveniente para la unidad y liberación de los pueblos de nuestra América, utilizando nuevas vías en las complejas y especiales circunstancias actuales, después del hundimiento de la URSS …» (Reflexiones del compañero Fidel: La historia real y el desafío de los periodistas cubanos, 3 de julio de 2008).

Lo más sorprendente de esta tesis (y de todo el artículo) es la omisión total de Castro del terror masivo desatado por el presidente colombiano Uribe contra sindicalistas, críticos y comunidades campesinas, documentado por todos los grupos de derechos humanos dentro y fuera de Colombia, en sus últimos artículos. De hecho, Castro exculpa al régimen «uribista» actual, el más criminal, y echa toda la culpa al «imperialismo estadounidense». Desde el «hundimiento de la URSS », y frente a la ofensiva militar dirigida por EEUU, una multitud de movimientos revolucionarios armados han emergido en Líbano, Palestina, Iraq, Afganistán o Nepal, y otros grupos ya existentes en Colombia o Filipinas han seguido su lucha. En América Latina, las «nuevas propuestas» para la revolución fueron de todo menos pacíficas: levantamientos populares masivos que han echado del poder a políticos electorales corruptos en Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela… y han costado cientos de vidas.

La «liberación» de Betancourt ha fortalecido el puño de acero del régimen de Uribe, ha incrementado la militarización y disimula los constantes asesinatos de sindicalistas y campesinos a manos de los escuadrones de la muerte. Al contrario de lo que dice Fidel Castro, Estados Unidos y el «presidente de los escuadrones de la muerte colombianos» utilizan su «éxito» como refuerzo de los argumentos a favor de acciones militares conjuntas entre EEUU y Colombia. La celebración de Fidel de la acción del régimen colombiano como una «apertura de la paz» sirve para desviar la atención del dictamen del Tribunal supremo colombiano de que la reelección de Uribe fue ilegal por los sobornos del tirano a senadores para enmendar las disposiciones colombianas y permitir su reelección como presidente.

2. Fidel Castro denigra al recién fallecido líder de las FARC, Manuel Marulanda, como un «campesino y militante comunista, líder de la guerrilla» (Reflexiones). En su texto del 5 de julio de 2008 (Reflexiones del compañero Fidel: La paz romana) Castro, con condescendencia, se refiere a un «Marulanda, de notable inteligencia natural y dotes de dirigente, que no tuvo, en cambio, oportunidades de estudio cuando era adolescente. Se dice que pudo cursar sólo hasta el quinto grado. Concebía la revolución como una larga y prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía». Castro es hijo de un terrateniente y fue educado en colegios jesuitas privados y tiene el título de abogado. Da a entender que las credenciales educativas y un mayor status social preparan al líder revolucionario para guiar a los campesinos que no tienen educación formal, pero sí «cualidades naturales de liderazgo» aparentemente suficientes para permitirles seguir a los intelectuales y profesionales, más adecuados para dirigir la revolución.

El repaso de la historia, sin embargo, refuta los alegatos de Castro. Marulanda construyó, en un período de cuarenta años, un ejército de guerrillas más grande y con mayor base de masas que cualquier otra guerrilla inspirada en Castro desde la década de 1960 hasta el 2000.

Castro promovió una teoría de «focos de guerrilla» entre 1963 y 1980, en donde grupos pequeños de intelectuales organizarían un núcleo armado en el interior del país, entrarían en combate y atraerían el apoyo masivo de los campesinos. Todos los focos de guerrillas «castristas» fueron derrotados (aniquilados) rápidamente en Perú, Venezuela, Brasil, Uruguay (focos urbanos), Bolivia y Argentina. Por el contrario, la estrategia de Marulanda de la guerra de guerrillas prolongada se estableció sobre una organización de las bases y fuertes vínculos de los campesinos con los guerrilleros, y se apoyó en la solidaridad de la comunidad, la familia y las clases. Así se construyó, lenta y metódicamente, un ejército político militar nacional del pueblo. De hecho, una revisión seria de la revolución cubana revela que los guerrilleros de Castro fueron reclutados en las agrupaciones de masas urbanas, metódicamente organizadas antes y durante la formación de los focos de guerrilla en 1956-1958.

A pesar de que hay cifras fiables disponibles sobre las FARC, Castro desestimó en un 50% el número de guerrilleros de las FARC, basándose en la propaganda de los publicistas de Uribe.

3. Castro condena la «crueldad» de las tácticas de las FARC «del secuestro y la retención de prisioneros en las condiciones de la selva». Bajo esta lógica, Castro debería condenar cualquier movimiento revolucionario del siglo XX, empezando por las revoluciones rusa, china y vietnamita. Las revoluciones son crueles, pero Fidel olvida que las contrarrevoluciones son todavía más crueles. Uribe ha establecido redes espías involucrando a oficiales locales, como hicieron en la guerra de Vietnam. Y los revolucionarios vietnamitas eliminaron a los colaboradores porque eran responsables de la ejecución de decenas de miles de aldeanos militantes. Castro olvida comentar el hecho que Ingrid Betancourt, después de su celebrada «liberación», abrazó y agradeció al general Mario Montoya. Según un documento desclasificado de la embajada estadounidense, Montoya organizó una unidad terrorista (Alianza anticomunista americana), que asesinó a miles de disidentes colombianos después de torturarlos ferozmente. La «crueldad» del cautiverio por las FARC no apareció en los exámenes médicos de Betancourt: ¡tenía buena salud!

4. Fidel alega que Cuba está «a favor de la paz en Colombia, pero no de la intervención militar extranjera». Son la oligarquía colombiana y el régimen de Uribe quienes han invitado y colaborado con la intervención militar estadounidense en Colombia. Castro sugiere que la intervención militar de EEUU viene impuesta desde afuera, en vez de verlo como parte de la lucha de clases dentro de Colombia, donde los gobernantes, terratenientes y narcotraficantes desempeñan un papel clave en la financiación y entrenamiento de los escuadrones de la muerte. En los seis primeros meses de 2008, 24 líderes sindicales han sido asesinados por el régimen de Uribe, más de 2.562 muertos en los últimos veinte años de lo que Castro describió como «nuevas vías en las complejas y especiales circunstancias». Fidel ignora totalmente los crímenes perpetrados continuamente por los escuadrones de la muerte sobre activistas sociales desarmados y muestra la falta de solidaridad de Cuba con todos los movimientos colombianos desde que La Habana entabló relaciones diplomáticas y comerciales con el régimen de Uribe.

¿El equilibrismo entre el interés nacional de Cuba por los vínculos diplomáticos y comerciales con Colombia y las proclamadas credenciales revolucionarias forman parte de las «complejidades» de la política exterior cubana?

5. Castro pide la liberación inmediata de todos los prisioneros en manos de las FARC, sin la más mínima consideración por los 500 guerrilleros torturados y deshumanizados en las horrendas «cárceles especiales» de alta seguridad de Uribe y Bush. Castro hace alarde de que Cuba liberó a los prisioneros capturados durante la lucha contra Batista y demanda que las FARC sigan el ejemplo cubano, en vez del enfoque revolucionario vietnamita y chino. El intento de Castro de imponer y universalizar sus tácticas en Colombia, tomando como referencia la experiencia cubana, carece del esfuerzo mínimo para entender, no digamos analizar, las especificidades de Colombia, su ejército, el contexto político de la lucha de clases y el contexto político y social de las negociaciones humanitarias en Colombia.

6. Castro aduce que las FARC deberían terminar la lucha de guerrillas pero no rendir sus armas porque en el pasado las guerrillas que se desarmaron fueron masacradas por el régimen. En lugar de eso, sugiere que deberían aceptar la oferta de Francia de abandonar su país o aceptar la propuesta de Chávez («hermano» y «amigo» de Uribe) de negociar y asegurar una comisión formada por notables latinoamericanos para supervisar su integración en la política colombiana.

¿Qué harán los guerrilleros «armados» cuando miles de soldados y escuadrones de la muerte de Uribe causen estragos en el campo? ¿Huir a las montañas y cazar jabalíes? Ir a Francia significa abandonar la lucha de clases y a millones de campesinos vulnerables que los apoyaron.

7. Fidel Castro omite totalmente de sus reflexiones la forma en que cada líder político involucrado en la «misión humanitaria» utilizó la celebración de la «liberación» de Betancourt para disimular y distraer de sus serias dificultades políticas. Ante todo, la reelección de Uribe fue declarada ilegal por el Tribunal supremo colombiano que lo acusó y condenó por sobornar a miembros del Senado para que votaran una enmienda constitucional, lo que le permitió optar a un segundo mandato. La presidencia de Uribe es ilegal de hecho. La liberación de Betancourt y el abrazo delirante de Uribe socava el veredicto judicial y sustituye el mandato del Tribunal por nuevas votaciones al Congreso o elecciones nacionales. La popularidad de Sarkozy en Francia iba en picado, sus altamente publicitadas intervenciones en las negociaciones con las FARC fueron un fracaso total, sus políticas militaristas en Oriente Próximo y sus virulentas políticas contra los inmigrantes alejaron a sectores importantes del público francés (como también lo hicieron el aumento de los precios y el estancamiento económico).

La liberación de Betancourt y sus efusivos elogios y abrazos a Sarkozy revitalizaron su imagen empañada y le dieron un respiro del creciente descontento económico y político por sus políticas nacionales y extranjeras.

Chávez utilizó la liberación de Betancourt para abrazar a su «enemigo» Uribe y distanciarse más de las FARC, en particular, y de los movimientos populares de Colombia, así como para construir puentes hacia una presidencia estadounidense post Bush. Chávez también se congració con los medios de comunicación pro imperialistas recibiendo comentarios favorables del candidato presidencial estadounidense de derecha, quien «esperaba que las FARC aceptasen el consejo de Chávez de desarmarse».

Cuba, o al menos Fidel Castro, utilizó la «liberación» de Betancourt para exteriorizar su hostilidad, que se remonta por lo menos a 1990, hacia las FARC, ya que éstas obstaculizaban su política de reconciliación con el régimen colombiano.

8. Con una sorprendente postura humanitaria y «cuasi electoralista», al celebrar la liberación de Betancourt, Castro fustigó a las FARC por su «crueldad» y resistencia armada al régimen terrorista de Uribe. Castro atacó la «estructura autoritaria y el liderazgo dogmático» de las FARC, ignorando la adhesión de las FARC a las políticas electorales entre 1984 y 1990 (cuando más de 5.000 candidatos, activistas y políticos desarmados fueron masacrados) y el debate libre y abierto en la zona desmilitarizada sobre una política alternativa con todos los sectores de la sociedad colombiana (1999-2002). Por el contrario, Castro nunca permitió el debate libre y abierto ni elecciones, ni siquiera entre candidatos comunistas, en ningún proceso legislativo, al menos hasta que fue reemplazado por Raúl Castro.

Los líderes políticos antes mencionados servían a sus propios intereses políticos y personales cuando criticaron a las FARC y celebraron la liberación de Betancourt a costa del pueblo de Colombia.

Conclusión

¿Ha pensado Castro realmente en las consecuencias desastrosas para millones de colombianos empobrecidos, o pensaba únicamente en las posibles mejoras de las relaciones de Cuba con Colombia una vez que las FARC sean liquidadas? El efecto de los artículos anti FARC de Castro ha sido suministrar munición a los medios de comunicación imperialistas para desacreditar a las FARC y la resistencia armada a la tiranía y para elevar la imagen del presidente de los escuadrones de la muerte, Uribe. Cuando el principal líder revolucionario del mundo niega la historia revolucionaria y la práctica de un movimiento popular en marcha y al brillante líder que construyó ese movimiento, está negándoles a los movimientos del futuro una rica herencia de resistencia y estructura exitosa. La historia no lo absolverá.

Original en inglés: http://petras.lahaine.org/articulo.php?p=1742. Traducido por Ulises Juárez Polanco y revisado por Caty R. para Rebelión

Comunicado de las FARC-EP frente a la fuga de los 15 prisioneros de guerra

Comunicado completo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC- EP sobre la supuesta liberacion de los 15 prisioneros de Guerra
Comunicado

1. La fuga de los 15 prisioneros de guerra, el pasado miércoles 2 de Julio, fue consecuencia directa de la despreciable conducta de Cesar y Enrique, que traicionaron su compromiso revolucionario y la confianza que en ellos se depositó.

2. Independiente de un episodio como el sucedido, inherente a cualquier confrontación política y militar donde se presentan victorias y reveses, mantenemos vigente nuestra política por concretar acuerdos humanitarios que logren el intercambio y además protejan la población civil de los efectos del conflicto. De persistir en el rescate como única vía, el gobierno debe asumir todas las consecuencias de su temeraria y aventurera decisión.

3. La lucha por liberar a los nuestros y demás combatientes políticos presos siempre estará al orden del día en el conjunto de las unidades farianas, especialmente en su dirección. A todos ellos los llevamos en la mente y en el corazón.

4. El camino por lograr las transformaciones revolucionarias, en ninguna parte del mundo ni en ningún momento de la historia ha sido fácil, por el contrario, y por ello nuestro compromiso se acrecienta ante cada nuevo reto o dificultad.

5. La paz que requiere Colombia debe ser resultado de acuerdos que beneficien a las mayorías, no va a ser la paz de los sepulcros sostenida sobre la corrupción, el terror del Estado, la felonía y la traición. Las causas por las que luchan las FARC-EP siguen vivas, el presente es de lucha y el futuro es nuestro.

Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, julio 5 del 2008.

ABP

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Tres militares fueron muertos y otro herido en ataque de las FARC

Redacción de El País ( Cali ). Julio 10 de 2008

Tres militares fueron muertos y otro herido en un ataque contra una patrulla
militar por parte de las Farc en el sector de Los Tubos, cerca a la
carretera Alejandro Cabal Pombo que comunica a Buenaventura con Cali.

Los uniformados que perdieron la vida, adscritos al Batallón Vencedores de
Cartago, fueron identificados como Guillermo Murcia Mendoza, Aristaison
Rodríguez Guevara y Jhon Ferney Castro.

Los soldados tenían un puesto de control a diez minutos del lugar cuando un
bloque móvil de las Farc les tendió una emboscada, originándose un
intercambio de disparos.

jueves, 10 de julio de 2008

Mao Tse-tung: UNA SOLA CHISPA PUEDE INCENDIAR LA PRADERA


Del


Obras Escogidas de Mao Tse-tung


EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERASPEKIN 1968


Primera edició;n 1968


Tomo I, pp. 125-38



UNA SOLA CHISPA PUEDE INCENDIAR LA PRADERA [*]
5 de enero de 1930


* Carta escrita por el camarada Mao Tse-tung para criticar ciertas ideas pesimistas que existían en aquel tiempo dentro del Partido.


Parte de los camaradas de nuestro Partido aún no saben cómo apreciar correctamente la situación actual, ni cuáles son las acciones que esta situación exige de nosotros. Aunque están convencidos de que es inevitable un auge revolucionario, no creen que pueda surgir pronto. Por consiguiente, no aprueban el plan para conquistar Chiangsí y sólo están de acuerdo con las acciones guerrilleras errantes en las tres zonas en los límites entre Fuchién, Kuangtung y Chiangsí. Además, no están profundamente convencidos de la necesidad de establecer el Poder rojo en las zonas guerrilleras, ni, en consecuencia, de la necesidad de consolidar y extender este Poder rojo a fin de promover el auge de la revolución en todo el país. Al parecer, consideran inútil dedicarse al duro trabajo de establecer el Poder en momentos en que el auge revolucionario está lejano todavía; pretenden ampliar nuestra influencia política recurriendo a un método más fácil: las acciones guerrilleras errantes y, una vez cumplida enteramente o hasta cierto punto la labor de ganarse a las masas en todo el país, iniciar un levantamiento armado en toda China, levantamiento que, con la participación del Ejército Rojo, desembocaría en una gran revolución de amplitud nacional. Esta teoría sobre la necesidad de ganarse primero a las masas a escala nacional y en todas partes, y establecer después el Poder, no corresponde a las condiciones reales de la revolución china. Su origen es principalmente la falta de una comprensión clara del hecho de que China es una semicolonia que se disputan muchos países imperialistas. Si se llega a entender esto con claridad, se comprenderá, en primer lugar, por qué es China el único país en el mundo que experimenta un fenómeno tan insólito como es el de las prolongadas e intrincadas guerras en el seno de las clases dominantes, por qué estas guerras se agudizan y se extienden día a día, y por qué no ha habido jamás un régimen unificado en el país. En segundo lugar, se comprenderá lo grave que es el problema campesino y, en consecuencia, por qué las insurrecciones en el campo se han desarrollado con tal amplitud que abarcan hoy todo el país. En tercer lugar, se comprenderá la justeza de la consigna: Por un Poder democrático obrero-campesino. En cuarto lugar, se comprenderá otro fenómeno insólito -- igualmente desconocido fuera de China y surgido en relación con el fenómeno inusitado de las prolongadas e intrincadas guerras en el seno de las clases dominantes de China --, el de la existencia y desarrollo del Ejército Rojo y los destacamentos guerrilleros y, junto con ellos, la existencia y desarrollo de pequeñas zonas rojas rodeadas por el régimen blanco. En quinto lugar, se comprenderá también que en la China semicolonial, la creación y desarrollo del Ejército Rojo, los destacamentos guerrilleros y las zonas rojas, es la forma más alta de la lucha campesina dirigida por el proletariado, el resultado inevitable del desarrollo de la lucha campesina en una semicolonia y, sin duda alguna, el factor más importante para promover el auge revolucionario en todo el país. Y en sexto lugar, se comprenderá asimismo que con la política de simples acciones guerrilleras errantes no se puede cumplir la tarea de promover el auge revolucionario a escala nacional, en tanto que es indudablemente correcta la política adoptada por Chu Te y Mao Tse-tung, y también por Fang Chi-min[1], que consiste en crear bases de apoyo, establecer el Poder de manera sistemática, realizar en profundidad la revolución agraria, engrosar las fuerzas armadas populares siguiendo el proceso de formar primero destacamentos cantonales de guardias rojos, luego territoriales, después distritales, posteriormente fuerzas locales del Ejército Rojo y, por último, un Ejército Rojo regular, y extender el Poder a modo de oleadas, etc. Sólo así se puede infundir fe a las masas revolucionarias de todo el país, tal como lo hace la Unión Soviética respecto al mundo entero. Sólo así se puede ocasionar inmensas dificultades a las clases dominantes reaccionarias, sacudir sus cimientos y precipitar su desintegración interna. Y sólo así se puede crear efectivamente un Ejército Rojo, que servirá de instrumento principal para la gran revolución venidera. En una palabra, sólo así se puede promover el auge de la revolución.


Los camaradas que padecen del mal de la precipitación revolucionaria sobrestiman las fuerzas subjetivas de la revolución y subestiman las fuerzas de la contrarrevolución. Semejante apreciación nace principalmente del subjetivismo, e indudablemente terminará conduciendo al camino del putchismo. Por otra parte, la subestimación de las fuerzas subjetivas de la revolución y la sobreestimación de las fuerzas de la contrarrevolución constituyen también una apreciación inadecuada, que producirá inevitablemente resultados negativos, aunque de otro orden. Por consiguiente, al juzgar la situación política de China, es necesario comprender los siguientes puntos esenciales :


1. A pesar de que las fuerzas subjetivas de la revolución china san débiles en la actualidad, lo es también toda la organización (el Poder, las fuerzas armadas, los partidos, etc.) de las clases dominantes reaccionarias, organización que se basa en la atrasada y frágil estructura social y económica de China. Así se explica por qué la revolución no puede estallar inmediatamente en los países de Europa occidental, donde, aunque actualmente las fuerzas subjetivas de la revolución son quizá algo más poderosas que en China, las clases dominantes reaccionarias tienen un poderío muchas veces superior al que poseen las clases dominantes reaccionarias de nuestro país. Y aunque en China las fuerzas subjetivas de la revolución son ahora débiles, sin duda la revolución avanza hacia su auge más rápidamente que en Europa occidental, porque aquí las fuerzas de la contrarrevolución son relativamente débiles también.


2. Después de la derrota de la revolución en 1927, las fuerzas subjetivas de la revolución han quedado, en efecto, considerablemente debilitadas. Es muy poco lo que resta de ellas, y resulta natural que aquellos camaradas que juzgan las cosas sólo por las apariencias tengan ideas pesimistas. Pero si se examina la esencia de las cosas, se ve un cuadro completamente distinto. Aquí viene al caso un antiguo proverbio chino: "Una sola chispa puede incendiar la pradera." En otras palabras, nuestras fuerzas, aunque muy pequeñas ahora, se desarrollarán con gran rapidez. En las condiciones de China, su desarrollo no sólo es posible, sino prácticamente inevitable. Esto lo demostraron completamente el Movimiento del 30 de Mayo y la Gran Revolución que le siguió. Al tratar un asunto, debemos examinar su esencia y considerar su apariencia sólo como guía que nos conduce a la entrada, y, una vez que cruzamos el umbral, debemos captar la esencia. Este es el único método de análisis seguro y científico.


3. En forma similar, al evaluar a las fuerzas de la contrarrevolución, de ninguna manera debemos ver sólo su apariencia, sino examinar su esencia. En el período inicial del establecimiento de nuestro régimen independiente en los límites entre Junán y Chiangsí, algunos camaradas creyeron de buena fe en la incorrecta apreciación que hizo entonces el Comité Provincial del Partido en Junán, y consideraron que nuestro enemigo de clase no valía un centavo. "Sumamente tambaleante" y "totalmente presa de pánico", dos expresiones que todavía nos causan risa, fueron las que utilizó en aquel tiempo (de mayo a junio de 1928) el Comité Provincial de Junán para valorar a Lu Ti-ping, gobernante de dicha provincia. Tales apreciaciones condujeron inevitablemente al putchismo en el terreno político. Pero durante los cuatro meses que van de noviembre de 1928 a febrero de 1929 (antes del estallido de la guerra entre Chiang Kai-shek y los caudillos militares de Kuangsí), cuando enfrentábamos a la tercera "campaña conjunta de aniquilamiento"del enemigo contra las montañas Chingkang, algunos camaradas plantearon la siguiente cuestión: "¿cuánto tiempo podremos mantener flameando la bandera roja?" En realidad, la lucha entre Inglaterra, los Estados Unidos y el Japón en China se había vuelto entonces muy desembozada y habían madurado las condiciones para una guerra intrincada entre Chiang Kai-shek, los caudillos militares de Kuangsí y Feng Yu-siang. Este era, en esencia, el momento en que la marea contrarrevolucionaria comenzaba a bajar y la marea revolucionaria, a crecer de nuevo. Sin embargo, durante ese período existían ideas pesimistas no sólo en el Ejército Rojo y en las organizaciones locales del Partido, sino que incluso el Comité Central se dejó engañar por las apariencias y adoptó un tono pesimista. La carta de febrero del Comité Central es una prueba del análisis pesimista que se hacía entonces en el Partido.


4. La actual situación objetiva todavía puede desorientar fácilmente a los camaradas que sólo ven las apariencias y no penetran en la esencia. Especialmente los que trabajan en el Ejército Rojo, cuando sufren una derrota, cuando están rodeados o acosados por poderosas fuerzas enemigas, a menudo, sin quererlo, generalizan y exageran su situación momentánea, particular y local, como si globalmente fuera poco brillante la situación de todo el país y del mundo entero, y vagas y remotas las perspectivas de victoria de la revolución. En su observación de las cosas, estos camaradas se aferran a las apariencias y pasan por alto la esencia, porque no han efectuado un análisis científico de la esencia de la situación general. A la pregunta de si surgirá pronto en China un auge revolucionario, se puede dar una respuesta precisa sólo después de haber examinado en detalle si realmente están en desarrollo las diversas contradicciones que conducen a este auge. Dado que, en el plano internacional, se desarrollan las contradicciones entre los países imperialistas, entre estos países y sus colonias y entre los imperialistas y el proletariado de sus propios países, los imperialistas sienten con mayor apremio la necesidad de disputarse a China. A medida que se intensifica la disputa entre los imperialistas por adueñarse de China, se desarrollan simultáneamente en el territorio chino tanto la contradicción entre el imperialismo y toda la nación china como las contradicciones de los imperialistas entre sí, por lo cual se producen guerras intrincadas cada vez más extensas y violentas entre las distintas camarillas de gobernantes reaccionarios de China, y se desarrollan diariamente las contradicciones entre éstas. Las contradicciones entre las distintas camarillas de gobernantes reaccionarios -- las guerras intrincadas entre los caudillos militares -- van acompañadas del aumento de los impuestos, lo que conduce a la agudización diaria de la contradicción entre las grandes masas de contribuyentes y los gobernantes reaccionarios. La contradicción entre el imperialismo y la industria nacional china va acompañada del hecho de que esta última no puede obtener concesiones del primero, lo cual agudiza la contradicción entre la burguesía y la clase obrera de China: los capitalistas chinos tratan de encontrar una salida a través de la desenfrenada explotación de los obreros, y éstos les oponen resistencia. La agresión comercial de los países imperialistas, la explotación por parte del capital mercantil chino, el aumento de los impuestos por el gobierno, etc., traen consigo una profundización aún mayor de la contradicción entre la clase terrateniente y el campesinado, es decir, se agrava la explotación por medio del arriendo de la tierra y la usura, y crece el odio de los campesinos hacia los terratenientes. A causa de la presión de las mercancías extranjeras, del agotamiento de la capacidad adquisitiva de las grandes masas de obreros y campesinos y del aumento de los impuestos por el gobierno, los comerciantes en productos nacionales y los productores independientes se ven empujados cada vez más a la quiebra. Como el gobierno reaccionario incrementa ilimitadamente sus tropas, pese a la escasez de provisiones y fondos para mantenerlas y como, a consecuencia de ello, las guerras se hacen cada día más frecuentes, las masas de soldados sufren constantes privaciones. Debido al aumento de los impuestos estatales, a la creciente carga de los arriendos e intereses exigidos por los terratenientes y a la diaria ampliación de los desastres de la guerra, el hambre y el bandolerismo se han extendido por todo el país y las grandes masas campesinas y los pobres de la ciudad se encuentran en una situación en la que apenas pueden subsistir. A causa de la carencia de fondos para el sostenimiento de escuelas, muchos alumnos temen no poder continuar sus estudios; debido al carácter atrasado de la producción, muchos estudiantes graduados no tienen esperanzas de encontrar empleo. Comprendiendo todas estas contradicciones, sabremos en qué desesperada situación y en qué caótico estado se encuentra China, y veremos que inevitablemente y muy pronto surgirá el auge de la revolución dirigida contra los imperialistas, los caudillos militares y los terratenientes. Toda China está llena de leña seca, que arderá pronto en una gran llamarada. El proverbio, "Una sola chispa puede incendiar la pradera", es una descripción apropiada de cómo se desarrollará la situación actual. Basta echar una mirada a las huelgas obreras, las insurrecciones campesinas, los motines de soldados y las huelgas estudiantiles, que están desarrollándose en muchos lugares, para darse cuenta de que esa "sola chispa", sin duda alguna, no tardará en "incendiar la pradera".


La idea general de lo expuesto anteriormente estaba contenida ya en la carta del Comité del Frente al Comité Central, fechada el 5 de abril de 1929, en la que se decía:


"En su carta [del 9 de febrero de 1929] el Comité Central ha hecho una apreciación demasiado pesimista de la situación objetiva y de nuestras fuerzas subjetivas. La tercera campaña de 'aniquilamiento' lanzada por el Kuomintang contra las montañas Chingkang marcó el punto culminante de la marea contrarrevolucionaria. Pero allí se detuvo y desde entonces se han iniciado el gradual descenso de esta marea y el progresivo ascenso de la marea revolucionaria. La capacidad combativa y organizativa del Partido, a pesar de haberse debilitado tanto como lo señala el Comité Central, se recobrará con gran rapidez y pronto desaparecerá la pasividad entre sus cuadros, con el descenso gradual de la marea contrarrevolucionaria. Las masas nos seguirán sin duda alguna. La política de matanza sólo sirve para 'empujar los peces hacia las aguas profundas, y el reformismo, a su vez, ha dejado de atraer a las masas. Sin duda, las ilusiones de las masas con respecto al Kuomintang se desvanecerán muy pronto. En la situación que va a surgir, ningún otro partido podrá competir con el Partido Comunista en la conquista de las masas. La línea política y la línea de organización trazadas por el VI Congreso Nacional del Partido son correctas: la revolución en la etapa actual es democrática, y no socialista; la tarea actual del Partido [aquí debería haberse agregado: 'en las grandes ciudades'] consiste en ganarse a las masas y no en organizar insurrecciones inmediatas. Pero, la revolución se desarrollará con gran rapidez, y debemos adoptar una actitud positiva en la propaganda y la preparación para las insurrecciones armadas. En la caótica situación actual, podremos dirigir a las masas sólo a base de consignas y actitud positivas. Igualmente, sólo adoptando tal actitud, el Partido podrá recuperar su capacidad de combate. [. . .] La dirección del proletariado constituye la única clave para la victoria de la revolución. Asentar al Partido sobre una base proletaria y establecer células en las empresas industriales de los centros urbanos, son en este momento importantes tareas en el terreno organizativo; pero al mismo tiempo, el desarrollo de la lucha en el campo, el establecimiento del Poder rojo en pequeñas zonas, la creación y engrosamiento del Ejército Rojo son, antes que nada, los principales requisitos para ayudar a la lucha en las ciudades y promover el auge revolucionario. Por consiguiente, es erróneo renunciar a la lucha en las ciudades; pero, en nuestra opinión, también se equivocará todo miembro del Partido que tema el desarrollo de la fuerza campesina, creyendo que la revolución será perjudicada si esa fuerza supera a la obrera. Pues en la China semicolonial, la revolución fracasa inevitablemente cuando la lucha campesina no cuenta con la dirección de los obreros, pero jamás se perjudica porque la fuerza de los campesinos se torne, en el curso de la lucha, mayor que la de los obreros."


En cuanto al problema de la táctica de acción del Ejército Rojo, la carta dio la siguiente respuesta:


"A fin de preservar el Ejército Rojo y movilizar a las masas, el Comité Central nos propone dividir las fuerzas en unidades muy pequeñas, dispersarlas por el campo y alejar de las filas a Chu Te y Mao Tse-tung, ocultando así los grandes blancos al enemigo. Esta es una idea apartada de la realidad. Ya en el invierno de 1927, planeamos dividir nuestras fuerzas en compañías o batallones para que actuaran independientemente, dispersarlas por el campo, movilizar a las masas por medio de las tácticas guerrilleras y evitar convertirnos en blanco del enemigo; esto lo pusimos en práctica en numerosas ocasiones, pero siempre fracasamos. Las causas son: 1) A diferencia de los destacamentos locales de guardias rojos, la mayoría de los soldados de las fuerzas regulares del Ejército Rojo no son nativos de la localidad. 2) La división de las fuerzas en pequeñas unidades da como resultado una dirección débil e incapacidad para enfrentar circunstancias adversas, lo cual conduce fácilmente a la derrota. 3) Es fácil que las pequeñas unidades dispersas sean derrotadas por separado. 4) Cuanto más adversas son las circunstancias, tanto mayor es la necesidad de que las fuerzas se concentren y que los dirigentes luchen con firmeza, porque sólo así se puede conseguir la unidad interna y hacer frente al enemigo. Sólo en circunstancias favorables es aconsejable dividir las fuerzas para operaciones guerrilleras, y sólo entonces los dirigentes no tienen tanta necesidad, como en circunstancias adversas, de permanecer con sus tropas todo el tiempo."


Las consideraciones arriba expuestas tienen un defecto: los argumentos que se invocan contra la división de las fuerzas son todos de carácter negativo, y esto está muy lejos de ser suficiente. He aquí la razón positiva en favor de la concentración de las fuerzas: sólo la concentración nos permitirá aniquilar unidades enemigas relativamente grandes y ocupar poblados. Sólo después de haber aniquilado unidades enemigas relativamente grandes y ocupado poblados, podremos movilizar a las masas en gran escala y establecer el Poder en zonas que abarquen varios distritos colindantes. Sólo así podremos llamar la atención de las poblaciones próximas y lejanas (esto es lo que se llama extender la influencia política) y contribuir efectivamente a la promoción del auge revolucionario. Por ejemplo, tanto el Poder que creamos el año antepasado en los límites entre Junán y Chiangsí, como el Poder creado en el Oeste de Fuchién el año pasado[10], fueron el resultado de nuestra política de concentración de las fuerzas. Este es un principio general. Pero, ése dan o no casos en que es necesario dividir las fuerzas? Sí, se dan. En la carta del Comité del Frente al Comité Central se habla de las tácticas guerrilleras del Ejército Rojo, incluida la división de las fuerzas dentro de un radio reducido:


"Las tácticas que hemos extraído de la lucha durante los últimos tres años son realmente distintas de todas las otras tácticas, antiguas o modernas, chinas o extranjeras. Gracias a nuestras tácticas, la movilización de las masas para la lucha se realiza en una escala siempre creciente, y ningún enemigo, por poderoso que sea, podrá habérselas con nosotros. Las nuestras son tácticas guerrilleras, que consisten principalmente en los siguientes puntos :
'Dividir las fuerzas para movilizar a las masas y concentrarlas para hacer frente al enemigo.' 'Cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando acampa, lo hostigamos; cuando se fatiga, lo atacamos; cuando se retira, lo perseguimos.'

'Para ampliar las bases de apoyo estables, adoptamos la táctica de avanzar en oleadas. Cuando nos persigue un enemigo poderoso, adoptamos la táctica de dar rodeos.'

'Movilizar a la mayor cantidad de masas en el menor tiempo posible y con los mejores métodos a nuestro alcance.'

Estas tácticas son como manejar una red; debemos ser capaces de tenderla o recogerla en cualquier momento. La tendemos para ganarnos a las masas, y la recogemos para hacer frente al enemigo. Tales son las tácticas de que nos hemos servido durante los últimos tres años."


Aquí "tender la red" significa dividir nuestras fuerzas dentro de un radio reducido. Así, por ejemplo, cuando tomamos por primera vez la capital del distrito de Yungsin, en los límites entre Junán y Chiangsí, dividimos los 29.ƒ y 31.ƒ Regimientos dentro de los límites de dicho distrito. Otro ejemplo, cuando tomamos por tercera vez Yungsin, dividimos nuestras fuerzas despachando el 28.ƒ Regimiento a la frontera de Anfu, el 29.ƒ a Lienjua y el 31.ƒ a la frontera de Chían. Un ejemplo más, en abril y mayo del año pasado, nuestras fuerzas se dividieron en los distritos del Sur de Chiangsí y, en julio, en los distritos del Oeste de Fuchién. En cuanto a la división de las fuerzas en un amplio radio, sólo es posible bajo dos condiciones: que las circunstancias sean más o menos favorables y que el organismo dirigente sea relativamente fuerte. Pues la división de nuestras fuerzas tiene por objetivo asegurarnos mayores posibilidades para ganarnos a las masas, realizar en profundidad la revolución agraria, establecer el Poder y ampliar las filas del Ejército Rojo y las fuerzas armadas locales. Es preferible no dividir las fuerzas si resulta imposible alcanzar tales objetivos, o si, lo que es peor, existe la posibilidad de que la división conduzca a la derrota y al debilitamiento del Ejército Rojo, como sucedió en agosto del año antepasado, cuando dividimos nuestras fuerzas en la Región Fronteriza de Junán-Chiangsí para atacar Chenchou. Pero, si existen las dos condiciones arriba mencionadas, es indudable que debemos dividir las fuerzas, porque en este caso la división es más ventajosa que la concentración.


La carta de febrero del Comité Central no fue correcta en su espíritu, y ha ejercido una mala influencia sobre una parte de los camaradas del Partido en el 4.ƒ Cuerpo de Ejército. En esa época, el Comité Central emitió, además, una circular en la que afirmaba que no estallaría necesariamente la guerra entre Chiang Kai-shek y los caudillos militares de Kuangsí. Pero desde entonces, las apreciaciones y directivas del Comité Central han sido correctas en lo fundamental. Ya ha emitido otra circular para corregir la que contenía aquella evaluación inadecuada. Aunque no ha rectificado dicha carta dirigida al Ejército Rojo, en sus directivas ulteriores ya no se observa el mismo tono pesimista y su punto de vista sobre las acciones del Ejército Rojo coincide ahora con el nuestro. Todavía subsiste, sin embargo, la mala influencia que ha ejercido la carta del Comité Central sobre una parte de los camaradas. Por lo tanto estimo que aún sigue siendo necesario aclarar esta cuestión.


El plan para conquistar la provincia de Chiangsí en el término de un año fue propuesto también en abril del año pasado por el Comité del Frente al Comité Central, y luego se adoptó en Yutu una decisión a este respecto. Las razones aducidas entonces y que se exponían en la carta al Comité Central eran las siguientes:


"Las tropas de Chiang Kai-shek y las de los caudillos militares de Kuangsí se están aproximando unas a otras en la zona de Chiuchiang, y una gran batalla está a punto de estallar. A consecuencia de la reanudación de la lucha de las masas, unida al crecimiento de las contradicciones entre los gobernantes reaccionarios, probablemente surgirá pronto un auge revolucionario. Al planear nuestro trabajo en estas circunstancias, consideramos que, en las provincias del Sur, las fuerzas armadas de la burguesía compradora y de los terratenientes de Kuangtung y Junán son demasiado grandes, y además, en Junán, debido a los errores putchistas cometidos por la organización del Partido, hemos perdido casi por completo nuestra base de masas, tanto dentro como fuera del Partido. Pero la situación es diferente en las provincias de Fuchién, Chiangsí y Chechiang. En primer lugar, las fuerzas armadas del enemigo en estas tres provincias son las más débiles. En Chechiang sólo hay una reducida guarnición provincial a las órdenes de Chiang Po-cheng. En Fuchién, aunque hay catorce regimientos bajo cinco comandos, la brigada de Kuo Feng-ming ya ha sido puesta fuera de combate; las tropas de Chen Kuo-jui y Lu Sing-pang están integradas por bandidos y tienen poca capacidad de combate, y las dos brigadas de infantería de marina acampadas a lo largo de la costa no han entrado nunca en acción e indudablemente tampoco tienen gran capacidad de combate. Sólo las tropas de Chang Chen son, en cierta medida, capaces de combatir, pero, según el análisis hecho por el Comité Provincial del Partido en Fuchién, únicamente dos regimientos de esas tropas tienen una capacidad de combate relativamente elevada. Además, en Fuchién reina ahora un estado de completo caos y desunión. En Chiangsí hay dos agrupaciones, la de Chu Pei-te y la de Siung Shi-jui, que constan en total de dieciséis regimientos; allí las fuerzas armadas son superiores a las de Fuchién o Chechiang, pero muy inferiores a las de Junán. En segundo lugar, se han cometido menos errores putchistas en esas tres provincias. No conocemos muy bien el caso de Chechiang, pero sí sabemos que las organizaciones del Partido y su base de masas en Chiangsí y Fuchién son más fuertes que en Junán. Por lo que atañe a Chiangsí, en su parte norte, todavía tenemos cierta base en Tean, Siushui y Tungku; en su parte oeste, el Partido y los destacamentos de guardias rojos aún conservan su fuerza en Ningkang, Yungsin, Lienjua y Suichuan; en el Sur, nuestras perspectivas son aún más brillantes, ya que la fuerza de los 2ƒ y 4.ƒ Regimientos del Ejército Rojo está creciendo día a día en los distritos de Chían, Yungfeng y Singkuo; las tropas del Ejército Rojo al mando de Fang Chi-rnin no han sido liquidadas en modo alguno. De esta manera se ha creado una situación de cerco a Nanchang. Por la presente proponemos al Comité Central: durante el largo período de guerras entre los caudillos militares del Kuomintang, disputar a Chiang Kai-shek y a los caudillos militares de Kuangsí la provincia de Chiangsí, así como el Oeste de Fuchién y el Oeste de Chechiang; aumentar los efectivos del Ejército Rojo en estas tres provincias y crear allí un régimen independiente popular, dándonos corno plazo un año para el cumplimiento de este plan."


Lo que hubo de erróneo en la proposición para la conquista de Chiangsí fue que se fijó como límite el plazo de un año. En cuanto a la posibilidad de la conquista de Chiangsí, la proposición se basaba no sólo en las condiciones de la provincia misma, sino también en las perspectivas de la pronta aparición de un auge revolucionario en todo el país. Porque si no hubiéramos estado convencidos de que surgiría pronto un auge revolucionario, no habríamos podido, de ningún modo, llegar a la conclusión de que se podría conquistar Chiangsí en el término de un año. El defecto de esa proposición fue que fijó indebidamente el plazo de un año, e imprimió así cierto matiz de impaciencia a la palabra "pronto" en la afirmación de que "surgirá pronto un auge revolucionario". Por lo demás, merecen particular atención las condiciones subjetivas y objetivas existentes en Chiangsí. Aparte de las condiciones subjetivas, ya expuestas en la carta al Comité Central, se pueden señalar ahora con claridad tres condiciones objetivas. En primer lugar, la economía de Chiangsí es principalmente feudal, la fuerza de la burguesía comercial es relativamente débil, y las fuerzas armadas de los terratenientes son más débiles que en ninguna otra provincia del Sur. En segundo lugar, Chiangsí no tiene sus propias tropas provinciales y siempre ha estado guarnecida por tropas de otras provincias. Traídas para el "exterminio de los comunistas" o "exterminio de los bandidos", estas tropas no están familiarizadas con las condiciones existentes en la localidad; y además, como su interés en estas operaciones es mucho menor que el que podrían tener tropas de la propia provincia, suelen mostrar poco entusiasmo. Y en tercer lugar, a diferencia de Kuangtung, que está cerca de Hongkong y se halla bajo el control de Inglaterra en casi todos los aspectos, Chiangsí se encuentra relativamente lejos de la influencia del imperialismo. Una vez comprendidos estos tres puntos, podremos explicarnos por qué en Chiangsí las insurrecciones en el campo están más extendidas y las unidades del Ejército Rojo y las guerrillas son más numerosas que en ninguna otra provincia.


¿Cómo interpretar la palabra "pronto" en la afirmación de que "surgirá pronto un auge revolucionario"? Muchos camaradas se hacen la misma pregunta. Los marxistas no son adivinos. Deben y pueden señalar sólo el rumbo general del desarrollo futuro y los cambios venideros; no deben ni pueden fijar en forma mecánica el día y la hora. Sin embargo, cuando digo que surgirá pronto un auge revolucionario en China, de ningún modo me refiero a algo que, según dicen algunos, "tiene la posibilidad de surgir", algo ilusorio, inalcanzable y absolutamente desprovisto de significado práctico. El auge revolucionario es como un barco en el mar, del cual se divisa ya desde la costa la punta del mástil; es como el sol naciente, cuyos rayos luminosos se ven a lo lejos en el Oriente desde la cumbre de una alta montaña; es como una criatura que va a nacer y se agita impaciente en el vientre de la madre.