domingo, 17 de febrero de 2008

Estudio sobre las clases sociales


El análisis de clase no puede dejar de lado no solamente la explotación directa de las mujeres por el capital (lo que Marx hacía en varias oportunidades), sino los aspectos específicos de esta explotación y de la opresión de las mujeres en el cuadro de las relaciones sociales de sexo



1. El término clase en Marx, en el sentido más general, debe ser comprendido esencialmente como una relación. Esa relación debe ser ligada a otra idea esencial: la de las “relaciones de producción”. Lo que nos lleva al modo en que las personas entran en “relación” entre ellas en el curso del proceso de producción. Esto encuentra una traducción en el plano jurídico en las relaciones de propiedad y en las llamadas relaciones “relaciones de trabajo” (bajo el capitalismo: contrato, derecho de trabajo, derechos sindicales o no, etc.). Cuando las condiciones de producción - en una época dada – son controladas por un grupo social particular, estamos frente a una “sociedad de clases”. Siendo las clases definidas en términos de relación con los medios de producción y en la puesta en marcha de la producción, y recíprocamente. Cada vez, en un período histórico dado, es necesario precisar los términos de estos dos últimos elementos.


2. Esta aproximación se basa en 5 elementos más generales que encontramos en Marx, incluso si lo esencial de su esfuerzo va a tratar sobre las especificidades del capitalismo, haciendo la crítica de la economía política (es decir, la crítica de la comprensión de esta realidad social tal como fue presentada y construida por David Ricardo y Adam Smith, etc.).


1º) El hombre es un animal social (no el único, pero sus formas de cooperación, de comunicación, de transmisión del conocimiento, etc., son específicos de una larga acumulación y modificaciones de su modo de existencia).


2º) La tarea prioritaria del ser humano es organizar la producción en el sentido más amplio, y por lo tanto la reproducción (incluyendo el apropiamiento de los bienes que la sociedad no puede producir: robo, pillaje, etc.).


3º) Al organizar esta producción, el ser humano viviendo en una sociedad, entra en relaciones específicas: a) de producción y b) de relaciones sociales y económicas, ya sea para: a) relaciones de producción o para b) relaciones sociales de producción.


4º) En una sociedad que tenga un cierto grado de desarrollo, los seres humanos producen más de lo que ellos mismos consumen.


5º) Asegurar la perennidad y la extracción de ese surplus (sobre-producto) conduce a la explotación. Y el concepto de clase está directamente ligado al de explotación. Esto re-impulsa el nudo de la lucha de clases, en el sentido más general.


a) Sobre-producto: se entiende por ello la parte del producto del trabajo de un individuo que no puede disfrutar directamente y cuyos beneficios están directamente reservados para otros (no es una parte que colectivamente se pone de otro lado).


b) No hay lazo necesario entre existencia de un sobre-producto y explotación del hombre por el hombre. Pueden haber intercambios: defender para algunos y producir para otros. Por lo tanto, cada vez, los rasgos específicos de la explotación deben ser estudiados. Podríamos decir, que la explotación existe específicamente cuando el sobre-producto existente es utilizado por un grupo, que no ha contribuido a la producción de ese sobre-producto, con el objetivo de reproducir las condiciones de la extorsión de ese sobre-producto. Lo que conduce al análisis de la coerción y de la persuasión que se ejerce hacia los productores primeros del sobre-producto.


c) Hay que evitar “inventar”, por anacronismo, falsas clases; lo mismo para la “lucha de clases”: hay que evitar hacer de todo conflicto una lucha de clases.



3.


1º) “La” clase en general - vista desde el ángulo de una “relación” - es la expresión colectiva social de la explotación, de la forma en que la explotación se inscribe en la estructura social. Por explotación, se entiende la apropiación de la parte del producto del trabajo de otros: en una sociedad mercantil generalizada (por tanto capitalista), ella tiene la forma de plusvalía (sobre-valor).


2º) Una clase en particular es un grupo de personas en una sociedad que se define por su posición en el conjunto del sistema social de producción. Y eso ante todo según sus relaciones respecto: a) al grado de propiedad y de control sobre esta propiedad; b) a las condiciones de producción, es decir, a los medios de producción y al trabajo que le es aplicado; c) y a las otras clases.

El status legal - siervo, esclavo o alto funcionario de por vida - es un elemento que puede ayudar a caracterizar una clase, en el sentido de su participación en el grado de explotación practicada o sufrida.


3º) Los individuos que constituyen una clase determinada pueden ser más o menos concientes - o para nada - de su propia identidad; de sus intereses comunes en tanto que miembros de una clase, pueden o no sentir un antagonismo frente a otras clases en tanto que tales.

Adoptar una posición que rechazaría considerar la noción de clase por fuera de una conciencia de clase y de una expresión política conflictiva, llevaría a eliminar esta realidad constitutiva de las relaciones sociales capitalistas. De hecho, una tal aproximación subjetivista conduciría a eliminar la noción central de explotación.

Cómo máximo, podemos decir que una clase toma forma, en su sentido más completo, cuando ella toma conciencia, en un momento histórico dado, de su capacidad antagónica. Pero adjuntar los términos clase y conciencia de clase para determinar la existencia de una clase, lleva a impasses políticos; así como a una incomprensión de la explotación directa e indirecta en curso, y de sus fuertes límites para ofrecer una respuesta en la inmediata perspectiva; entre otras, para ir hacia la independencia política de la clase (que puede expresarse en la formación de un partido de los trabajadores, como en su momento, ocurrió en Brasil).

No es de extrañar que teóricos como Ralph Daherendorf, hayan puesto el asunto a partir de ciertos textos (sacados de su contexto) de Marx sobre la única característica política de la existencia de las clases. De ese modo, en su obra completa en inglés, editada en 1959, “Class and Class conflict in Industrial Society” concluye en la página 16: “La formación de las clases significa siempre la organización de intereses comunes en la esfera de la política. Este punto debe ser subrayado. Las clases son grupos políticos unidos por un interés común. La lucha de clases es un combate político. (subrayado del autor) Hablamos entonces de clases únicamente en el cuadro de conflictos políticos”. (N. del T: hay una edición en castellano, “Las clases sociales y su conflicto en la sociedad industrial”, Rial, Madrid, 1962)

Dahrendorf se apoya en un pasaje de “La Miseria de la Filosofía”, escrito por Marx al comienzo de 1847, que dice: “Las condiciones económicas han primeramente transformado la masa de gente del país en trabajadores. La dominación del capital crea para esta masa una situación idéntica, de intereses comunes. Esta masa es desde entonces una clase contra el capital, pero aún no para ella misma (…) en el combate (…) esta masa se unifica, y se constituye ella misma en clase para ella misma (fürsich)”. (N. del T: edición en castellano. K. Marx, “La Miseria de la Filosofía”. Signos, Buenos Aires, 1970)

No quedan dudas que antes del enfrentamiento político burguesía y proletariado, existen ya como clases y que ya hay una lucha entre ellos, incluso si este antagonismo no había cobrado aún una dimensión propiamente política.

La reducción de las clases a lo “político” es la vía de entrada para la negación de las clases, de los antagonismos de clases y el desarrollo de una sociología que estudia y pone de relieve los intereses contradictorios entre una multiplicidad de categorías sociales que no cesa de crecer, y que por lo tanto cada una tiene su “lobby”. Es todo el análisis de la “ciencia política”. No existe ningún cuadro de conjunto-articulado sobre las relaciones fundamentales propias del capitalismo, y todo está diluido en lo particular y la complejidad.


4º) Es propio de una sociedad de clases que una o varias clases más restringidas cuantitativamente - en relación de su control sobre las condiciones de producción (a través, generalmente, de la propiedad directa o indirecta) - serán capaces de explotar, es decir, de apropiarse del sobre-producto a expensas de las clases más numerosas. Y a partir de allí, en constituirse en una o más clases socialmente y económicamente (y en general políticamente) dominantes.

A propósito, Marx apunta en el “Manifiesto Comunista” que la burguesía está presta a reconocer la existencia de relaciones de propiedad específicas y de una dominación de clase en períodos históricos anteriores, pero no en el período presente: “La concepción interesada que os ha hecho erigir en leyes eternas de la Naturaleza y de la Razón las relaciones sociales dimanadas de vuestro modo de producción y de propiedad - relaciones históricas que surgen y desaparecen en el curso de la producción -, la compartís con todas las clases dominantes hoy desaparecidas. Lo que concebís para la propiedad antigua, lo que concebis para la propiedad feudal, no os atrevéis a admitirlo para la propiedad burguesa”. (N del T: edición en castellano. K. Marx y F. Engels, “Manifiesto del Partido Comunista”, pág. 46, Editorial Progreso, Moscú.)

Es cierto que, cuanto más tiempo hace que la burguesía reina, más tenderá a disolver todo análisis de clases, incluyendo el pasado, para evitar que una continuidad, bajo una forma específica, pueda tener una evidencia más fuerte.


5º) La explotación puede ser directa: asalariados, siervos, esclavos y/o también indirecta: a través de impuestos, trabajo forzado, la conscripción militar o la imposición de ciertos servicios (ejército y primera guerra mundial o la conscripción de los “becarios” de la guardia nacional para la guerra de Estados Unidos contra Irak). La forma de esta explotación es decisiva en el análisis concreto.


6º) El status legal (ciudadanos en Atenas, señor en la sociedad feudal, miembro de la jerarquía eclesiástica, miembro de una corporación (incluyendo los notarios y diversos notables hoy, etc.), y/o el status político, tienen consecuencias sobre las configuraciones de las clases, pero en la concepción de Marx, estos status derivan de la relación de clases.

Las especificidades del capitalismo consisten en hacer disminuir la importancia de esos status legales (ver la evolución de diversas profesiones liberales), cuando se perpetúan, tornan las relaciones de clase más puras, lo que no significa más inmediatamente visibles. Cada vez, permanentemente, la “ciencia política y la ideología” reinventan nuevos status que tienen como efecto el encubrir las relaciones de clases.


7º) El término “lucha de clases” lleva a las relaciones esenciales entre las clases (y sus miembros respectivos). Implica ante todo la explotación y las resistencias diversas y múltiples a esa explotación. Eso no implica necesariamente acciones colectivas de sectores de la o de las clases dominadas, y no implica tampoco acciones políticas. La o las clases que explotan - si la resistencia es débil - domina y siguiendo las relaciones existentes, utilizan medios políticos múltiples (no necesariamente uniformes) para ejercer su dominación. Eso lleva a debate sobre el Estado y sobre su especificidad en tanto que Estado capitalista. Lo cual es un tema a tratar en un próximo estudio.



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1º) Los debates sobre las clases, en el seno de los marxismos, son el producto de una parte de la referencia a ciertas definiciones políticas como las de Lenin que además ha sido simplificado por la vulgata, poniendo el acento ante todo, sobre los medios de producción.

“Las clases sociales son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”. (N del T: edición en castellano. V.I. Lenin, Una Gran Iniciativa, Obras Completas, Tomo 39, Editorial Progreso, Moscú, 1986, pág 16).

Por otra parte, la evolución y las transformaciones del capitalismo, exigen, permanentemente, un análisis de las clases y de su dinámica, lo que no ha sido hecho o muy poco, dado el gran congelamiento estalinista.


2º) El mismo Marx, que ha utilizado a menudo la noción de clase en sus obras, no le ha dado nunca una definición formalizada. No es su estilo. Además, él ha utilizado la noción en sentidos diferentes en momentos diferentes. Las referencias a las sociedades pre-capitalistas son muy limitadas (encontramos la mayor cantidad de ellas en los “Grundrisse”). Marx se concentra antes que nada en la sociedad capitalista y sus desarrollos. Por lo tanto, jamás desarrolló un análisis concreto, histórico, de “la historia como historia de la lucha de clases”.


3º) Cuando Marx habla de lucha de clases, como en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”, ahonda el tema bajo su ángulo de conflictos políticos abiertos a mediados del siglo XIX.



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1º) Siempre que retomamos los últimos escritos de Marx y de Engels, constatamos que ellos (1868-1879) retoman - luego de haber pasado un tiempo importante en el análisis del capitalismo - la noción según la cual “la lucha de clases” - o se las clases - permanecen siendo el motor de la historia. En la terminología de Marx, se trata de “Klassengegensatz”, cuya traducción es oposición, antagonismo, diferente al de contradicción, un término que está sujeto a numerosas interpretaciones y debates. El término “lucha” es más claro. El término contradicción, fue introducido para justificar toda suerte de alianzas sociales, por ejemplo, en la tradición maoísta (contradicción principal, secundaria, etc.). Además el término pierde su dimensión de historicidad.


2º) Reencontramos en “El Capital” la referencia a este antagonismo de clases como nudo de la sociedad.


a) En el Libro segundo, Marx escribe: “El capital industrial es el único modo de existencia del capital en el cual no sólo la apropiación de plusvalor, o en su caso de plusproducto, sino al mismo tiempo su creación, es función del capital. Por eso condiciona el carácter capitalista de la producción; su existencia implica la del antagonismo de clase entre capitalistas y asalariados. En la medida que se apodera de la producción social, se trastocan la técnica y la organización social del proceso laboral y, con ellas, el tipo económico-histórico de la sociedad”. (N del T: edición en castellano. K. Marx, “El Capital”, Libro segundo, Tomo II, Volumen 4, pág. 62. Siglo XXI editores, México, 1882, séptima edición).


b) En otro pasaje anterior del Libro segundo, Marx escribía: “Sean cuales fueren las formas sociales de la producción, sus factores son siempre los trabajadores y los medios de producción. Pero unos y otros sólo lo son potencialmente si están separados. Para que se produzca, en general, deben combinarse. La forma especial en la que se lleva a cabo esta combinación distingue las diferentes épocas económicas de la estructura social. En el presente caso la separación del trabajador libre con respecto a su medios de producción es el punto de partida dado, y ya hemos visto cómo y bajo qué condiciones ambos se combinan en las manos capitalistas; a saber, como modo de existencia productivo de su capital”. (N del T: edición en castellano. K. Marx, “El Capital”, idem, pág. 43)


c) En el Libro primero, en la sección titulada, “El grado de explotación de la fuerza de trabajo”, Marx retoma la relación entre explotación y clase: “El segundo período del proceso laboral, que el obrero proyecta más allá de los límites del trabajo necesario, no cabe duda de que le cuesta trabajo, gasto de fuerza laboral, pero no genera ningún valor para él. Genera plusvalor, que le sonríe al capitalista con todo el encanto cautivante de algo creado de la nada. Llamo a esta parte de la jornada laboral tiempo de plustrabajo, y al trabajo gasta en él, plustrabajo (surplus labour). Así como para comprender el valor en general lo decisivo es concebirlo como mero coágulo de tiempo de trabajo, como nada más que plustrabajo objetivado. Es sólo la forma en que se expolia ese plustrabajo al productor directo, al trabajador, lo que distingue las formaciones económico-sociales, por ejemplo la sociedad esclavista de la que se funda en el trabajo asalariado”. (N del T: edición en castellano. K Marx, “El Capital”, Libro primero, Tomo I, Volumen I, pág. 261, subrayados del autor. Siglo XXI editores, México, 1983, séptima edición)

Para Marx, el término plusvalía conecta directamente con el de explotación de los productores inmediatos por aquellos que controlan las condiciones de producción. Es así que el término de clases traduce, esencialmente, la forma que la explotación se concreta en la estructura social.

En “Salario, Precio Y Ganancia”, escrito en junio de 1865, Marx es más explícito sobre la explotación del trabajo, que para él es un término francés, y prefiere la fórmula “extracción del sobre-trabajo”. También en “Salario, Precio y Ganancia”, escrito para el Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores, Marx escribe: “El primer modo de expresar la cuota de ganancia es el único que nos revela la proporción real entre el trabajo pagado y el no retribuido, el grado real de la explotación (permitidme el empleo de esta palabra francesa) del trabajo. El otro modo de expresar es el usual y es, en efecto, apropiado para ciertos fines. En todo caso, es muy cómoda para ocultar el grado en que el capitalismo estruja al obrero trabajo gratuito.” (N del T: edición en castellano. K. Marx, “Salario, Precio y Ganancia”, capítulo titulado “Las diversas partes en que se descompone la plusvalía”, pág 55. Ediciones en lenguas extranjeras, Pequín, 1976)

Finalmente, en el Libro tercero de “El Capital”, se encuentra uno de los pasajes más relevantes a tener en cuenta: “La forma económica específica en la que se le extrae el plustrabajo impago al productor directo determina la relación de dominación y servidumbre; tal como ésta surge directamente de la propia producción y a su vez reacciona en forma determinante sobre ella. Pero en esto se funda toda la configuración de la entidad comunitaria económica, emanada de las propias relaciones de producción, y por ende, al mismo tiempo, su figura política específica. En todos los casos es la relación directa entre los propietarios de las condiciones de producción y los productores directos - relación ésta cuya forma eventual siempre corresponde naturalmente a determinada fase de desarrollo del modo de trabajo y, por ende, a su fuerza productiva social - donde encontraremos el secreto más íntimo, el fundamento oculto de toda estructura social, y por consiguiente también de la forma política que presenta la relación de soberanía y dependencia, en suma, de la forma específica del estado existente en cada caso. Esto no impide que la misma base económica - la base con arreglo a las condiciones principales -, en virtud de incontables diferentes circunstancias empíricas, condiciones naturales, relaciones raciales, influencias históricas operantes desde el exterior, etc., pueda presentar infinitas variaciones y matices en sus manifestaciones, las que sólo resultan comprensibles mediante el análisis de estas circunstancias empíricamente dadas”. (N. del T: edición en castellano. K. Marx, “El Capital”, Libro tercero, Tomo III, Volumen 8, Capitulo XLVII, “Génesis de la renta capitalista de la tierra”, subtítulo, “La renta de trabajo”, pág. 1007. Siglo XXI editores, México, 1982, séptima edición)

Poca cosa más para agregar a esta notable síntesis, a no ser que la historia de las clases, las formas y los grados de sus conflictos, así como de las expresiones políticas en el capitalismo no puede ser separada de la historia misma de la formación social nacional (insertada en sistema capitalista mundial).


3º) De todo esto, surge que la aproximación de Marx trata menos sobre como lo esencial del trabajo de producción se cumple para definir una formación social, que sobre como las clases propietarias dominantes controlan las condiciones de producción y de ese modo aseguran la extracción del sobre-producto (de la plusvalía en el sistema capitalista), lo que determina su poder, su posición social, su sociabilidad, las modalidades de captación de “los cuerpos intermediarios” (aparatos burocráticos), etc., y la situación de los explotados. Dicho de otro modo: el término de clase nos lleva en lo esencial a la forma en que la explotación se traduce en la estructura social.

Esta manera de “comprender” a Marx evita también caer en la trampa que consistiría el poner un signo de igualdad entre el comportamiento de una clase en tanto que tal (que no es homogénea) y el comportamiento de cada uno de los miembros o incluso de una fracción de sus miembros.

Lo que siempre surge claramente de la historia de las clases dominantes, por ejemplo, es que cuando su posición de control de las condiciones de producción y de extracción de plusvalía es puesta en cuestión, una fuerte unidad tiende a establecerse para asegurarlas y salvarlas.


4º) Podemos ver cuatro influencias en la elaboración (progresiva), desde 1853, en Marx, de la noción de lucha de clases en el centro de la historia de las formaciones sociales: a) al estudio de la Revolución Francesa y por tanto de los autores de la época sobre el tema; b) a su lectura de los escritos de Aristóteles (la obra magistral “Política”); c) a la lectura de los economistas clásicos (A. Smith, D. Ricardo, J.B. Say, J. Mill, etc.); d) a su toma de conocimiento del “movimiento obrero naciente” en Francia de 1843, y de la “nobleza humana de ese movimiento” como él escribió.



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1º) Marx no se centra en la estratificación social, como muchos sociólogos lo piensan. Los esquemas, más o menos sofisticados sobre la estratificación social, pueden ser establecidos a partir de ganancias, en tipo de consumo, en “estilo de vida”, etc. Esta aproximación tiende a presentar a la sociedad como una arena donde entran en competencia “grupos” y “estratos”, cada uno con sus intereses, sus códigos, etc. No es la estratificación social - que debe ser estudiada en un cuadro de conjunto - lo que está en el corazón del pensamiento de Marx, sino las relaciones de clases.

Y si el establecimiento de una estratificación tiene un interés, un asunto queda pendiente y es esencial: dónde y cómo (según que criterios) se establecen las fronteras entre las clases (incluso si esas fronteras no deben ser definidas de manera simplista), incluso si en su seno los individuos pueden tener “estilos de vida” diferentes ligados a un ingreso diferente, derechos diferentes (trabajadores “sin papeles”, y trabajadores con derechos civiles y cívicos reconocidos, etc.).


2º) Y si la frontera no existe es porque la relación orgánica de una clase hacia otra no existe. Esta relación orgánica conecta con la explotación, con la dominación, etc. En un enfoque de estratificación, las “clases” se encuentran una al lado de la otra, y la dinámica de su antagonismo desaparece con la dimensión histórica que la acompaña. Lo que también quiere decir que la formación-evolución socio-política de las clases se efectúa alrededor de los conflictos de clases y de la forma, de su historia específica. Todo ello “modela” respectivamente las clases que se enfrentan y las diversas formas de expresión ideológicas, sociales, políticas y organizativas que las clases y las fracciones de clase “se dan” a lo largo de los conflictos más o menos abiertos.

De allí no surge que en las diversas sociedades, los status que existen desde hace tiempo (las castas en la India), no tengan importancia. Pero podemos decir que su importancia se expresa negativamente, en el sentido en que ellas actúan como obstáculo a que el status de los asalariados, los proletarios (con todas sus diferencias en la forma que pueden hacer uso de su fuerza de trabajo y son explotados), pueda encontrar una expresión menos “parasitaria”.



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Mujeres. Si la producción y la reproducción son el centro de la vida de las sociedades, el análisis de clase no puede dejar de lado no solamente la explotación directa de las mujeres por el capital (lo que Marx hacía en varias oportunidades), sino los aspectos específicos de esta explotación y de la opresión de las mujeres en el cuadro de las relaciones sociales de sexo. Es un asunto que deberá ser tratado y expuesto en un próximo curso.








Charles-André Udry

Economista, miembro del Movimiento Por el Socialismo (MPS) de Suiza, y militante por la defensa de los derechos de los trabajadores inmigrantes. Director de la colección Cahiers libres, Editions Page deux, y de la revista A lencontre: (www.alencontre.org). Integra la redacción del mensual La Breche (www.labreche.ch) El estudio que publicamos, es parte de un Curso de Formación para sindicalistas y militantes jóvenes de los movimientos sociales.

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